Emocionantes filmes en el 41 Festival Iberoamericano de Cine de Huelva

Fotograma de Lo que lleva el río, filme venezolano de Mario Crespo
Fotograma de Lo que lleva el río, filme venezolano de Mario Crespo.

Los espectadores están disfrutando de cintas de varios géneros que se exhiben en este certamen,  que demuestran su valía cultural y aspiran al Colón de Oro.

Emocionantes filmes en el 41 Festival Iberoamericano de Cine de Huelva

Los espectadores están disfrutando de cintas de varios géneros que se exhiben en este certamen,  que demuestran su valía cultural y aspiran al Colón de Oro.

El 41 Festival de Huelva expande la luz, belleza, fuerza dramática y emoción del séptimo arte iberoamericano. Entusiasma ver cómo más de 16 mil alumnos de centros escolares de Huelva y de otros puntos de la provincia disfrutan de este certamen, que ya lo sienten como propio y que les ayuda a comprender el mundo y a enriquecer su cultura cinematográfica. Todos los días y en horario de clases, se realizan ocho pases para estudiantes de primaria, secundaria, bachillerato y ciclos formativos con filmes adaptados a sus edades. Las proyecciones se realizan en Gran Teatro, Palacio de Congresos, Cocheras del Puerto, Universidad de Huelva y los cines Al Andaluz, de Punta Umbría. Este es un gesto que engrandece al evento y a sus organizadores.

El certamen no se cansa de rendir homenaje a figuras e instituciones destacadas. No es común  que un festival homenajee a otro, pero no debe de extrañarnos que la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la Seminci, haya recibido aquí, en manos del alcalde de Valladolid, Oscar Puente, y Javier Angulo, director del certamen, el Premio La Luz, por su trayectoria. También, que el legendario actor venezolano José Torres sea merecedor del Premio Ciudad de Huelva, y que la actriz sevillana, Belén Cuesta, haya recibido el Premio La Luz.

Me quiero referir ahora a diversos filmes de la sección oficial que ya se han exhibido con gran reconocimiento del público. “Lo que lleva el río” del director Mario Crespo y que representa a Venezuela,  es un filme honesto y auténtico, de  grandes valores artísticos,  sociológicos, y culturales,  en el que aflora la poesía y que nos atrapa en un mundo de realismo mágico, al abordar lo que le pasa a Dauna una mujer de la etnia warao, que lucha por su libertad individual. “Dauna – ha dicho Crespo- es la Nora de Casa de muñecas , de Ibsen, que da un portazo a la realidad que la atrapa”. El filme se interesa no solamente en los derechos de la mujer y de la cultura, sino que además plantea al espectador le necesidad de entender la interculturalidad como elemento valioso. Filmada en la delta del río Orinoco,  en sitios donde está asentada la etnia warao y rodada en ese idioma, la película es un acto de amor y respeto hacia ese grupo de personas, y es un canto en defensa de una mujer que se atrevió a ser diferente, se enfrentó a costumbres atávicas de su antigua cultura y sufrió las consecuencias.

“Mi mayor deseo –dice Crespo- es que el espectador interprete esta cinta en un contexto amplio e hiciera el ejercicio de expandirla y sacarla del escenario deltano e indígena, mirando atentamente a su alrededor”. El guión, con una estructura no lineal, con saltos cronológicos y espaciales, guiado por el fluir de la memoria de la protagonista, nos lleva de un momento y lugar a otro, contando aquellos importantes hitos de la vida de Dauna (interpretado por Yordana Medrano) y el tejido relacional que moldeó su carácter y contribuyó a la formación de su intelecto. Es un mérito muy grande de la producción, la filmación realizada en las márgenes del río, donde la belleza del paisaje es otro personaje, y la naturalidad alcanzada por los participantes de la etnia warao es otro logro a destacar. “Para ellos, todo era como un juego – dice Crespo, quien asegura que tras la proyección en el sitio donde se filmó, los miembros de la comunidad warao le preguntaban cúando haría la segunda parte. “Lo que lleva el río” ha obtenido diversos premios en Venezuela, fue exhibida en la sección Native, del Festival de Berlín, y ha sido seleccionada para representar a su país en las próximas ediciones de los premios Goya y de los Oscar.

El director argentino Sebastián Schindel estrena en España su ópera prima “El patrón, radiografía de un crimen”, un alegato contra la explotación laboral, el engaño a los consumidores y las arbitrariedades del sistema judicial argentino. Si hoy en día la marca alemana Volkswagen, el mayor fabricante de automóviles del mundo, es capaz de cometer un fraude multimillonario, trucar sus coches,  y contaminar el medio ambiente, por el afán desmedido de lucro, sin respetar las normas éticas, no nos puede extrañar que un dueño de una cadena de carnicerías obligue a su peón a vender carne en mal estado, al tiempo que lo sumerge en una verdadera esclavitud, tema que aborda este filme, muy bien recibido en Argentina, que tiene unas valiosas interpretaciones, en la que hay destacar la del actor Joaquín Furriel, en el papel de un humilde peón de campo que encuentra trabajo de carnicero en la gran ciudad, y es humillado por el dueño. Desde ya, Furrel es un firme candadito al Colón de Plata, al mejor actor.  La cinta está inspirada en hechos reales y basada en la novela de no ficción del abogado Elías Neuman. Para Schindel, su trabajo como documentalista, le ha servido para investigar en detalle lo ocurrido, cambiar el guión en diversas ocasiones, en un período de diez años, que le llevó por fin a la filmación de esta lograda cinta, que mantiene el interés todo el tiempo, con un sólido guión que alterna el presente con el pasado, y  que refleja  la noble vocación del director en defensa de los más pobres.

“El destierro” es también la ópera prima del español Arturo Ruiz Serrano, que ha logrado demostrar con este filme que en sus entrañas vive la dramaturgia y el buen cine. La cinta, que viene precedida por premios en el Festival Touluse, en Francia, y en Austin, en Estados Unidos, tiene como trasfondo la guerra civil española, y de ella hay que destacar su sencillez y sinceridad. Es una película de personajes.  Y el paisaje inhóspito es uno de ellos. “El Destierro” es una cinta  que habla de la supervivencia. Tanto física como emocional. Dos antagonistas, soldados franquistas, condenados a soportarse en unas condiciones terribles, con una guerra de fondo que pronto pasa a librarse entre la cuatro paredes de un fortín de vigilancia donde deben subsistir.  También es una película que habla de la amistad, la tolerancia y el sacrificio. El frágil equilibrio que aún sostiene la convivencia de estos dos antagonistas terminará de romperse con la llegada de Zoska, una joven polaca que lucha por la república y la libertad,  a quien Silverio encuentra moribunda cerca del refugio. A partir de ahí, surgen nuevos conflictos. Licenciado en Derecho y diplomado en realización, Arturo Díaz Serrano, lleva desde el año 2000 desarrollando proyectos audiovisuales como guionista, director y productor. Sus cortometrajes han recibido más de 180 premios en festivales españoles e internacionales y dos Nominaciones a los Premios Goya de la Academia Española. Co-guionista de ‘La carga’, también en la Sección Oficial de Largometrajes del Festival. Su filmografía como director y guionista incluye los cortometrajes ‘La última secuencia’ (2011), ‘Paseo’ (2007), ‘Siete’ (2004) y ‘Expediente W.C.’ (2002).

“Magallanes”, ópera prima del director peruano Salvador del Solar, reconocido actor internacional por su papel en el filme Pantaleón y las visitadoras (2000) de Francisco Lombarda, y El elefante desaparecido (2014) de Javier Fuentes León, así como en obras del teatro y la televisión, ha dejado una profunda huella en los espectadores.

Basada en la novela La pasajera, de Alonso Cueto , e interpretada por Damíán Alcázar, Magaly Solier, Federico Luppi y Christian Meier nos muestra una historia de redención, donde un taxista, antiguo miembro del ejército peruano que combatió a las guerrillas de Sendero Luminoso, en los años ochenta, reconoce en uno de sus viajes a Celina, que fue víctima de los caprichos de su jefe militar, tiempo atrás, cuando era una menor. La película tiene muchas aristas y no hay estereotipos en sus personajes. La pregunta que nos lanza es: ¿cómo abordar los fantasmas del pasado? Además de los valores formales del filme como su composición fotográfica, su estructura argumental, y el empleo de la música, hay que destacar las excelentes actuaciones de Damián Alcazar, (Magallanes) y  de Magali Solier, como Celina, una mujer que resiste,  que defiende su dignidad y autonomía,, una mujer frágil y fuerte.. Su mirada lo dice todo. 

Todos los filmes citados son ejemplos del mejor cine iberoamericano, que tiene en el Festival de Huelva su natural vitrina.

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