La profesora Milagros Martín Macías, un ejemplo de vocación en el sistema educativo

Milagros Martín, ejemplo del sistema educativo de la vocación.
Milagros Martín, ejemplo del sistema educativo de la vocación.
Análisis del sistema educativo a través de la vocación y de la figura de la profesora Milagros Martín Macías, modelo de humanidad que precisa la labor docente. Psicología, entusiamo y confianza.
La profesora Milagros Martín Macías, un ejemplo de vocación en el sistema educativo

A veces hablamos del sistema educativo y sus entresijos, de las reformas educativas y su repercusión en el nivel académico español con respecto al resto de Europa.   Sin embargo, hoy voy a centrar mi artículo prestando especial atención a un factor  a tener en cuenta dentro de los centros escolares.

Si ya hay determinadas profesiones donde debemos destacar la calidad del ser humano, al mismo nivel que su preparación académica, como la profesión médica por ejemplo,  la enseñanza no puede ser menos. ¿A quién de nosotros no nos ha condicionado, en algún momento de nuestra vida, una asignatura determinada o la manera en la que era impartida por  tal o cual profesor, ya sean recuerdos de primaria, secundaria o universidad? A todos nos queda en la memoria  ese maestro amable que, aunque no nos atrajesen las matemáticas o las ciencias, nos hacía ver la asignatura de un modo más llevadero. O esa profesora que nos inclinó hacia las humanidades y ayudó a ser lo que somos hoy.

Quiero que se paren un instante e imaginen ahora esta estampa real.

Nueve de la mañana, CEP. Celestino Mutis de Cádiz, un centro escolar donde hay más de catorce nacionalidades matriculadas. Quince niños de distinta raza, cultura y costumbres que conviven y aprenden. En la fila, los niños dispuestos para entrar en clase.

La tutora de tercero acaricia el pelo de uno de los alumnos, dedica sonrisas durante todos los días del año, antes de subir a sus correspondientes aulas. Siempre muestra un gesto, una expresión de optimismo. Ella emplea un lenguaje primaveral en tiempos de tormentas, de precipitaciones que, en ocasiones inundan el estado anímico, pero sabe regalar en el momento oportuno, su mejor paraguas: la confianza, el entusiasmo, la psicología.

Somos conscientes de que hay profesionales que trabajan sus horas y marchan a casa hasta el día siguiente. No obstante, la tutora de tercero, de sonrisa arraigada, conoce a cada uno de sus alumnos, comprende las destrezas y  conductas de sus niños, porque siente que son sus niños. Ofrece sus clases de un modo ejemplar,  enseña haciéndoles ver que, aunque siendo niños, deben ser responsables y aprender con autonomía y deleite. Esto, que suena tan sencillo es muy difícil de conseguir, pero la tutora de tercero desempeña su profesión como nadie.

Hoy, las madres de sus alumnos (sus niños), queremos dedicarle estas palabras en señal de reconocimiento por su íntegra profesionalidad, y que recuerde que, a pesar de que la burocracia educativa la separe de sus niños, éstos, la tienen y tendrán siempre presente, porque ha sido algo más que una profesora, ha sido y es ese modelo de humanidad que precisa la labor de la docencia.

Como dice uno de sus alumnos “es una seño que sonríe con su mirada”. Así te vamos a  recordar, con tu mirada prendida en cada parpadeo, Milagros Martín Macías.

La profesora Milagros Martín Macías, un ejemplo de vocación en el sistema educativo
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