A Mariña, un diputado

Clamor social en A Mariña. / Twitter
Clamor social en A Mariña. / Twitter
La comarca de A Mariña sufre la incertidumbre de la desindustrialización, sin conexiones por carretera, sin tren, sin un puerto comercial de referencia, y lo que es peor, sin ninguna alternativa.

Lugo tiene mar. La mar, que dirían los pescadores que habitan en mi pueblo marinero de Celeiro. La mar de Lugo, tiene un nombre encantado como muchas de las tradiciones de esta tierra llamada A Mariña.

Nuestra comarca, hasta la transición española, había sido una tierra de pescadores, ganaderos, agricultores y algún precursor que explotaba nuestro ahora creciente sector forestal. Una estampa de pueblos pequeños a orillas del mar, y una cabecera de comarca en Viveiro como pequeño motor comercial.

Hace ya cuarenta años, una decisión del Gobierno español transformó para siempre la vida de nuestros padres. Se diseñó y construyó un complejo industrial moderno e innovador, para la producción de alúmina y aluminio primario. Cientos de personas trabajaron en su construcción y miles de ellas dejaron sus empleos en la mar y tierra para subirse al carro del progreso.

Nuestros padres y madres, unos en la fábrica, otros en la mar o en el campo, trabajaron sin descanso, día a día, para ver crecer a sus hijas e hijos en villas y pueblos prósperos y con futuro. Y lo consiguieron.

Pero A Mariña, ha tenido un gran problema histórico: nuestros gobernantes. Los de aquí, y los que, desde aquí, enviamos a Santiago o a Madrid; ellos, nos han fallado.

Durante los primeros años de la fábrica de aluminio, prometieron la construcción de un tren de laminado, para cerrar el ciclo productivo, y nunca llegó. Nos dijeron que apostaban por el sector pesquero, y fueron los pescadores los que tuvieron que unir sus fuerzas y arriesgar sus vidas y familias, para construir lonjas de vanguardia y primer nivel. Nos prometieron una autovía de primera, y la construyeron, pero se olvidaron de que Lugo tiene mar, ellos desde Madrid, y nuestros alcaldes desde aquí, nos condenaron a un futuro sin comunicaciones. También nos prometieron un tren, y lo tenemos, el único tren del mundo que no comunica.

Nos han fallado, no lo han visto venir. La falta de altura de miras, el localismo exagerado y la falta de unidad lo han permitido. Hoy nuestra comarca sufre la incertidumbre de la desindustrialización, sin conexiones por carretera, sin tren, sin un puerto comercial de referencia, y lo que es peor, sin ninguna alternativa. Estamos en la encrucijada y bajo la tormenta perfecta.

Alcoa nos quiere dejar, la multinacional ha conseguido lo que quería. Altos beneficios a bajo coste, durante los máximos años posibles. Por otro lado, Vestas, gigante eólico, también nos quiere dejar

Alcoa, que da trabajo a 2.000 personas entre planta principal y auxiliares, nos quiere dejar, la multinacional ha conseguido lo que quería. Altos beneficios a bajo coste, durante los máximos años posibles.

Por otro lado, Vestas, gigante eólico, también nos quiere dejar, da trabajo a 115 personas, en la única fábrica de producción de componentes para la energía eólica de toda la provincia. Han conseguido lo que querían, altos beneficios a bajo coste.

A Mariña supone el 25% de la población provincial. La provincia tiene 4 diputados en el Congreso, es decir, nos corresponde un diputado. Es lo que se juegan, un diputado de 350 a repartir entre las grandes fuerzas políticas del estado (Así ha sucedido en todas las elecciones, excepto en una). Puede ser determinante, pero están demostrando, qué para ellos, no es relevante.

Llevamos dos años esperando una solución y un acuerdo entre la SEPI y la empresa Alcoa, para la intervención y compra por parte del Estado de la fábrica y su posterior venta a un grupo industrial. Hay mala fe por ambas partes, la empresa defiende sus intereses y el Estado dice que si que quiere, pero luego hace lo contrario, o mejor dicho, no hace nada. Por la empresa Vestas, ya ni preguntan. 

Ahora, la comarca sale a la calle, las empresas de la zona, el comercio, la hostelería, y los trabajadores caminan por fin juntos y unidos, y claman por un futuro industrial para A Mariña. Es la dignidad del pueblo frente a quienes nos han fallado, y lo único que pretenden es conseguir un triste diputado. @mundiario

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