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A pesar de los mandatos de su país, estas ciclistas se animan a entrenar en público

En Afganistán, un grupo de jóvenes ciclistas mujeres entrenan en las afueras de Kabul para evitar miradas y oprobios de los conservadores. Durante el gobierno talibán, las mujeres quedaron excluidas de la vida pública y confinadas al cuidado del hogar. Esta situación poco a poco y a paso muy lento, va dando espacio a mayor participación femenina. Lamentablemente, las autoridades siguen haciendo diferencias, estas mujeres, competidoras, que han ganado medallas por sus participaciones en varios países no perciben un sueldo que sus pares masculinos sí. Ellas siguen pedaleando contra la desigualdad y contra el confinamiento al cual están sometidas las mujeres. Mientras tanto, durante el día internacional de la mujer, multitudes se manifestaron en Hong Kong y Dhaka para reclamar no solamente por las banderas clásicas (igualdad de género, lucha contra la violencia, etc) sino también agregaron reclamos puntuales en materia laboral. El escándalo desatado por la joven criada que fue abusada y esclavizada por su empleadora, destapó una realidad oculta para las jóvenes migrantes (provenientes de Filipinas e Indonesia). Cobran fracciones del salario mínimo, están obligadas a vivir con sus empleadores y a menudo sufren abuso físico, emocional y sexual. Al mismo tiempo, Emma Watson, quien sostiene que el feminismo es igualdad de género (y no supremacía femenina por sobre la masculina) hizo algunas declaraciones durante un reportaje.
A pesar de los mandatos de su país, estas ciclistas se animan a entrenar en público
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