El periodista judío Zvika Kein se pone el distintivo kipá propio de su cultura y sale a caminar por París durante diez horas con una cámara oculta que captó los comentarios hostiles, amenazas y escupitajos de los que fue víctima, dejando ver que los actos antisemitas y la violencia racista que vive este colectivo está a pie del cañón en Francia.