La joven tunecina Amina está acusada de "profanación de espacio sagrado de un cementerio" debido a una pintada en el muro de un cementerio con el nombre de la organización feminista Femen.
El movimiento de corte feminista Femen populariza el toples como arma de sus protestas. Sus activistas luchan contra el comercio sexual, la religión y las dictaduras, a favor de la democracia.