Las víctimas, muchas veces, asumen lo que les pasa como un castigo merecido. ¿Nadie podrá ayudarlas a salir, ni a cambiar sus vidas, incluso ni ellas mismas?
Ni la democracia puede ser una coartada para que tantos millones de vidas humanas dependan exclusivamente de un gobernante electo, de un líder ideológico, de un gurú…
Hace 30 años que se descubrió el SIDA, una de las enfermedades que ha atacado la humanidad con mayor crudeza. Una enfermedad terrible, a la que no hemos logrado poner freno.
El trabajo de Noel Läng y Rodrigo García reflexiona sobre diversos problemas sociales a través de la percepción de unos niños con Síndrome de Down. Una obra sugerente que recomienda MUNDIARIO.