Primero los universitarios norteamericanos y después mucha de la juventud mundial, leyeron Siddharta, un libro que enseña a buscar el sentido de las cosas en el futuro.
Cinco vagones volcaron al tomar una pronunciada curva cerca del río Hudson a la altura del Bronx, al sur de Manhattan. Tres de los fallecidos salieron despedidos del tren.
Globalizados en una especie de pensamiento único, en el que apenas caben ciertos matices, parece como si toda la humanidad haya quedado atrapada en una espiral depresiva de desigualdad interminable.