Un futbolista puede querer cambiar de aires o buscar nuevos retos, por lo tanto, rechaza continuar en su club. El inconveniente es que muchas veces la directiva no está de acuerdo.
No importa cuántos, ni quiénes salgan del club alemán, los teutones siempre encuentran la forma de reemplazar a cualquier jugador y seguir siendo competitivos.