Suave rumor de luz cuando quedo prendado de los ejercicios de Nikki Benz, pero las gaviotas regresan y la tarde me envuelve en una clase de autocomplacencia.
Por qué consumes porno. Porque es posible probar toda clase de yogures mientras Puma se coloca su falo de plástico y mientras mira la espalda tatuada de Nikki.
Eran las tres felinas, las tres Gorgonas del quirófano y del pecado, las tres gracias que fluían entre la muchedumbre insomne que arrastraba los pies hasta el precipicio.
Veneran tu cuerpo de muñeca y es extraordinario que sigas luciendo esos escotes y que hayas dejado el tabaco. Todo fluye en mis versos gracias a la medicación.