Fue lugar de recogimiento, ocio y producción intelectual de escritores y artistas como Emilia Pardo Bazán, Manuel Lugrís Freire, Francisco Llorens o Alejandro Pérez Lugín.
"¿Cómo pasar insensible entre esta poesía del cielo y de la tierra sin declararse rendido esclavo de hermosura tanta?" ―escribe Pérez Lugín en La Casa de la Troya (1915).