Es una frase que se utilizaba en las imprentas, impresiones, redacciones de los periódicos para indicarle a alguien que envíe su noticia o artículo para imprimirla en el periódico.
Al igual que Seamus Heaney o Georg Trakl, la poesía de Chantal Maillard seduce por ese encuentro simbólico con una naturaleza indómita con la que debemos reconciliarnos.