Tengo un gallo que pensé era gallina, al crecer y el plumaje demostrarme el error en el que estaba entendí por qué tenía una actitud tan diferente a sus antes…
Cuando entrevisté a este poeta argentino enseguida comprendí que, por sobre el rictus triste de su sonrisa, se había forjado una coraza de sentido de humor defensivo.