No es un libro muy voluminoso y es precisamente esa una de sus virtudes, pues su prosa es electrizante, intensa, aguda, y al mismo tiempo cristalina, diáfana.
Dice el mito griego que los argonautas fueron navegantes que, bajo la guía de Jasón, fueron en busca del vellón de Crisómalo para que aquel ocupara el trono de Yolco en Tesalia.