Los eufemismos son demasiado nocivos porque lo que llaman reformas estructurales consiste en listas de espera y en treinta y cinco alumnos por aula en la ESO.
Se han acomodado de tal manera, merced a la sumisión mayoritaria del carácter español, que de diez de cada vocablos que escupen, nueve son pringosos y evasivos, denuncia esta analista política.