Las estrellas muertas pueden regresar a la vida, con un fuerte estallido termonuclear que se esfuma en cuestión de horas, que llena el espacio con un nuevo astro.
Los astrónomos han registrado por primera vez explosiones localizadas en un punto concreto de las estrellas, capaces de destruir 3.500 millones de pirámides de Giza.
La interacción entre dos estrellas provoca detonaciones de radiación tan potentes, que las partículas que se liberan se aceleran a medidas de la velocidad de la luz.