El ataque, que ha tenido lugar durante el rezo del viernes, ha sido reivindicado por el grupo terrorista Estado Islámico, enemigo tanto de chiíes como de los talibanes.
La muerte de Osama bin Laden y la aparición del Estado Islámico (EI) provocaron que este grupo terrorista perdiera su peso político y militar en el Medio Oriente.
Los tres grupos extremistas habitan en Afganistán, donde buscan apoderarse del poder tras el retiro de las tropas internacionales que han permanecido allí por 20 años.
El presidente de EE UU promete "perseguir" a los terroristas y pide al Pentágono planes de contingencia para atacar al ISIS-K tras el doble atentado en Kabul.
Si bien la milicia ha recuperado el control de Afganistán, tiene una cuenta pendiente con este grupo extremista que amenaza con provocar un atentado en el aeropuerto de Kabul.
Hasta cuatro personas fallecieron tras unos ataques con fusiles registrados en las calles austriacas. Uno de los atacantes, simpatizante del Estado Islámico, fue abatido por las autoridades.
Washington ha rechazado esta inesperada acción militar en la base iraquí de Besmaya. Ha lanzado una advertencia a Baghdad de que responderá si ocurre otra vez.
El Ministerio de Asuntos Exteriores aconseja no viajar a los campos de refugiados en aquel país tras una advertencia hecha por servicios de inteligencia.
De acuerdo a reportes militares, un grupo de las fuerzas especiales norteamericanas habrían abatido a Abu Bakr Al Bagdadi, jefe del grupo terrorista. Era el sucesor de Osama Bin…