En estos tiempos convulsos de regreso de la geopolítica y la guerra sucia, debemos revisar no solo las relaciones con otros que nos hacen vulnerables, también nuestro modelo vital.
Ralentizar, titubear en las transformaciones necesarias, empezando por la energética pero también de la sociedad y economía, puede parecer pan para hoy pero será sin duda hambre y muerte mañana.