La poesía de Línea continua transita por los senderos de una levedad latente, asentada en los espacios contiguos a la realidad, aquellos que albergan una dimensión puramente poética.
En Donde arraiga destierro aguarda algo más que una simple lectura: una superación de los esquemas, la propuesta de una experiencia que, en sus sólidos versos, empieza a tener lugar.
Es la valiente actitud de combatir la banalización del viaje hasta extremos arriesgados, de respetar lo invadido, de mirarse a uno mismo desde el fondo de lo mirado.
La soledad tras el ruido del fondo es una intrépida incursión hecha de versos nunca insustanciales, siempre constituyentes de un mundo que nos remite al desvelamiento más poético