Washington se convierte en una fortaleza para la toma de posesión de Joe Biden

Las barreras de seguridad son cada vez más amplías en el Distrito de Columbia, en Washington. / Univisión
Las barreras de seguridad son cada vez más amplías en el Distrito de Columbia, en Washington. / Univisión

Los miembros de la Guardia Nacional que protegen el Capitolio para la toma de posesión del presidente de EE UU son más que el total de las tropas en Irak, Afganistán y Siria.

Washington se convierte en una fortaleza para la toma de posesión de Joe Biden

A menos de dos días de la inauguración de Joe Biden como el presidente número 46 de los Estados Unidos, las medidas de seguridad que las autoridades han tomado le dan a Washington el aspecto de una fortaleza.

El FBI advirtió hace unos días que se planeaban protestas de individuos armados en las capitales de los 50 estados de la Unión y en Washington. Vallas metálicas y alambre de púas rodean el Capitolio nacional, asaltado por turbas de partidarios del presidente saliente Donald Trump el pasado 6 de enero. Unos 25.000 integrantes de la Guardia Nacional se han parapetado en la sede legislativa para repeler cualquier intentona de los extremistas. Son más que los soldados estadounidenses destacados actualmente en Irak, Afganistán y Siria.

La ceremonia de la inauguración presidencial de Biden se llevará a cabo bajo estrictas medidas de seguridad y una movilización de militares y agentes de la ley que no ocurría desde los atentados terroristas del 9/11.

Supremacistas en las fuerzas armadas

El martes 12 de enero, al condenar la invasión del Capitolio, los jefes de las fuerzas armadas recordaron a las tropas que tienen la obligación de defender la Constitución. Según la cadena CNN, el Departamento de Defensa ha detectado un aumento de la ideología supremacista blanca entre militares en activo y retirados.


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Después del ataque al Capitolio, las autoridades arrestaron a más de 100 implicados en el asalto. Dos miembros de la propia Policía del Congreso fueron suspendidos, y otros 10 están bajo investigación por sospechas de haber colaborado con los asaltantes y haberles facilitado la entrada a la sede legislativa. En el ataque murió un policía del Capitolio, Brian Sicknick, y cuatro personas más.

Este ambiente de violencia, incertidumbre, temor y tensión se produce mientras Trump afronta un segundo juicio político, un impeachment, que ya fue aprobado en la Cámara de Representantes y aguarda la votación del Senado. Trump es el único presidente en la historia de los Estados Unidos que ha sido sometido a dos juicios políticos.

La negativa de Trump

La toma del Capitolio y el temor a que ocurran nuevos actos de violencia en torno a la toma de posesión de Biden fueron causados directamente por Trump, con su negativa a reconocer su derrota en las elecciones. Pero su renuencia a aceptar la victoria de su rival fue en realidad la última gota que colmó el vaso del extremismo. Desde su primera campaña electoral, y especialmente durante los cuatro años de su mandato, la actitud de Trump contra los inmigrantes de Latinoamérica, contra el movimiento por los derechos de los afroamericanos, contra los musulmanes y contra las protestas por la igualdad étnica dio un nuevo aliento al supremacismo blanco y al racismo, una plaga que nunca ha dejado de azotar a la nación.

Son esos extremistas los que creyeron las mentiras de Trump sobre un fraude electoral que nunca existió y se lanzaron al asalto del Capitolio. Y son esos extremistas los que se dedicarán a torpedear y amenazar el gobierno de Biden que se estrena este miércoles 20 de enero. Biden ha prometido unificar a una nación dividida, pero también deberá conjurar el peligro real que representan los agresores de la democracia. @mundiario

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