Vuelve a brillar el sol en Riazor

Estadio Abanca Riazor. / Mundiario
Riazor. / RCD
Si la llegada del nuevo consejo agradó, el anuncio de Fernando Vazquez para ocupar el banquillo le generó un subidón a la parroquia blanquiazul. Por fin desde el palco se lograba la unión de la grada con el césped, esa pócima mágica perdida seis años antes.
Vuelve a brillar el sol en Riazor

Tras los fuertes temporales que en Navidad hicieron peligrar “a chegada de milleiros de galegos espallados polo mundo enteiro”, no solo paró el viento sino que salió el sol para despedir el año y recibir un 2020 que deseo sea para todos mucho mejor que el que hoy finaliza.

Algo similar ocurría en el deportivismo, porque, después de la decepción futbolística de una primera vuelta para olvidar y de los graves problemas institucionales, una victoria servia de bálsamo para finalizar con el anuncio de la candidatura de Fernando Vidal a la presidencia tras la dimisión de Paco Zas.

Nos esperaban 30 días de interregno en los que no podían faltar, y no faltaron, los desórdenes típicos en esos interinatos, pero, como también suele ser tradicional, el vacío de poder fue cubierto por la emergencia de un mandatario provisional que retrasaba al 14 de enero el nombramiento del líder de la entidad.

Un presidente Vidal que llega bien arropado, tanto por accionistas importantes, y acreditados deportivistas, Ricardo Gonzalez y Argimiro Vazquez-Guillén; como por técnicos en lo jurídico y en el riesgo económico, Juan Antonio Armenteros y Jose Luís Queijeiro; como por un asesor en relaciones externas y medios, Federico García Poncet, como por un presidente del fútbol modesto coruñés, Manuel Vazquez, y, como por un conocedor de LaLiga y del movimiento social blanquiazul, Miguel Otero.

Un grupo de trabajo de reconocida valía que ha sido bien acogido, pero que, a través de hechos, tendrá que demostrar que no estamos equivocados los que a priori celebramos el paso de Fernando Vidal, y su equipo, en estos momentos tan complicados.

A pruebas trascendentes se van a ver sometidos en un muy corto espacio de tiempo. A título de meros ejemplos podríamos comenzar por una básica, la demostración de ser libres de verdad en todas sus decisiones; y continuar por confirmar si la concesión de un crédito participativo aumenta o no el límite salarial; por acertar en las entradas y salidas de jugadores; por cerrar bien el prometido acuerdo de una muy importante capitalización con Abanca; por decidir sobre la actual macro estructura del club ...

Ni vamos a regalar elogios, ni creo que sea el momento de criticar porque del proyecto se desconocen casi todos los detalles, pero parece que nace con la aprobación de algunos grandes y pequeños accionistas, y con el decidido apoyo del único gran acreedor del club, de Abanca, entidad que está dispuesta, según las palabras de Vidal en la última junta general, a capitalizar gran parte de la deuda hasta dejarla en una cantidad testimonial. Eso generó una cierta tranquilidad entre los aficionados, aún a sabiendas de que es preciso conocer la letra pequeña de unos acuerdos que acabarían de forma definitiva, hoy ya apenas queda nada, con aquel capitalismo popular que supuso el inicial “Deportivo de todos”.

Y si la llegada del nuevo consejo agradó, el anuncio de Fernando Vazquez para ocupar el banquillo le generó un subidón a la parroquia blanquiazul. Por fin desde el palco se lograba la unión de la grada con el césped, esa pócima mágica que se había perdido hacía seis años y, aún más, tras la injusta destitución del de Castrofeito

Es posible que existan técnicos libres más cualificados pero, creo, que ni uno solo, que pueda galvanizar de esa forma al deportivismo en este crítico momento. Desde el banquillo es el que mejor puede hacer reventar la caldera del Estadio. Sin duda, para mi, Fernando Vázquez es el hombre y por ello felicito a Fernando Vidal por tomar la decisión y a Armenteros El Breve, dicho sea con todo respeto y cariño, por responsabilizarse con su firma.

De inicio observo cosas positivas, pero, por desgracia, también atisbo negros nubarrones que me preocupan seriamente, porque son los mismos que nos han perseguido a los herculinos decenas de años. Son los nubarrones que siempre acaban con las cosechas al inundar las tierras y las haciendas de la buena gente.

Yo, como ya he sufrido su castigo –¿A Noé le vas a hablar de inundaciones?– tengo un fino instinto para atisbar que ahora pretenden hacer lo mismo a otras personas y, engañar al “hombre del tiempo” mediante difamaciones y mentiras y así manipularlo a su antojo.

En 1991 acuñé un slogan que no dejó frío a nadie “¿Quién teme a Lendoiro?”, con el que pretendía denunciar mi oposición a un modelo de ciudad y a la obsesión de algunos de pretender ser ellos, y solo ellos, los que pudiesen conceder el “carnet de coruñés”. Hoy, más de 25 años después, denuncio que continúan actuando igual con todo aquel que no se pliegue a su dictadura. La única variación es que ahora son los únicos que pueden otorgar los certificados de “deportivista de pro”.

“¿Quién teme a ...?” Lo de menos es el nombre y el por qué. Mañana puedes ser tú.

Esperemos que esas nubes amenazantes no sean capaces de cubrir el sol que esperamos comience a brillar con fuerza en un abarrotado y vibrante Estadio de Riazor. @mundiario

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