¿Por qué vinculan a los jefes de los Mossos de Lleida con el 1-O?

Agentes de los Mossos d'Esquadra. / Archivo
Agentes de los Mossos d'Esquadra. / Archivo

Los mandos dejaron rastro en chats sobre su boicot y seguimiento a Policía y Guardia Civil. Transmitieron datos sensibles a asociaciones y a un alcalde de ERC "de confianza" de Marta Rovira.

¿Por qué vinculan a los jefes de los Mossos de Lleida con el 1-O?

Un grupo de jefes de los Mossos en Lleida estaban siendo investigados por el tribunal número 4 de su localidad por un posible delito de desobediencia el 1-O, pero las pesquisas que desde hace meses viene realizando la policía judicial en torno a ellos apuntan ya a otras posibles figuras penales, como la falsedad documental o la sedición. Los investigadores dan por hecho que existen indicios de que "utilizaron la fuerza mediante la instrumentalización de la sociedad civil" en aquella jornada.

Entre los cargos policiales que se consideran ya de claro interés para la investigación están el comisario jefe Xavier Monclús, responsable de esta Región policial; el inspector Roderic Moreno, de quien dependió la Sala de Ponent desde la que se daban órdenes a los agentes de área la jornada del referéndum, y el inspector Xavier Salvador Ribelles, responsable de Seguridad Ciudadana, aunque son muchos más los mossos (y alcaldes) que en estos momentos están bajo la lupa del tribunal. Así consta en un extensísimo informe de la Guardia Civil al que tuvo acceso El Periódico.

Según la información, los investigados dejaron rastro digital sobre polémicos hechos en los que participaron, por acción o por omisión, el 1-O. También evidencias de cómo engañaron a Policía y Guardia Civil o dieron instrucciones para vigilarlos, facilitando o no evitando que asociaciones y políticos locales vinculados a la resistencia en los colegios se hicieran con datos muy sensibles, incluidas identificación de matrículas o de 'secretas' a petición de particulares o los lugares a dónde se dirigían o donde después pernoctaban agentes de esas fuerzas de seguridad.

De acuerdo a El Periódico, se le otorga gran importancia en las diligencias judiciales a un chat de Whatsapp en el que, el 29 de septiembre, participaron 21 jefes de los Mossos. Llegó noticia de que representantes de la Guardia Civil y la Policía iban a estar presentes en el CECOR de Lleida (sala de mandos para supervisar el dispositivo policial 'Ágora') y buscaron "una estrategia" para crear dos salas, al admitir que los otros miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad de ningún modo podían estar "en la cocina".

Además, uno de los señalados, el inspector Moreno, mantuvo además contactos con ERC y consiguió (sobre la ocultación de material electoral) y transmitió información delicada, según diligencias de la Guardia Civil tras analizar su móvil. Chateó de forma continuada en los días previos al 1-O con Joan Ballana, regidor del Ayuntamiento de Vic, por el que la policía judicial también muestra interés en su investigación. El inspector Moreno consideraba a Ballana "persona de confianza de Marta Rovira", según se desprende de su propia agenda y le facilitó instrucciones recibidas de las autoridades judiciales y la cúpula de la policía autonómica, dirigida por Josep Lluís Trapero. Por su lado, Ballana transmitía siempre el flujo informativo recibido, contestando a su interlocutor con frases como "ok, lo paso!"; "transmito tu información" o "ya he avisado a los alcaldes".

Para elaborar el extensísimo informe que la Guardia Civil ha depositado en el juzgado 4 de Lleida se han analizado 8.836 conversaciones telefónicas, tres terminales móviles, documentación en formato papel, digital, vídeos y contenido audiovisual. De ello se desprende además que no se dieron instrucciones a la policía local y que algunos de los mandos ya citados de Lleida partiparon en el movimiento 'Mossos per la independència' y tenían estrecha relación con el jefe de los bomberos de la zona. Asimismo conocían el plan premeditado de que ciudadanos llamaran a este cuerpo el 1-O avisando de que había fuego en colegios cerrados, a fin de que los abrieran. También hay indicios de posible falsedad documental, según se refleja en un chat entre mandos de los Mossos de Lleida en la que se solicita a los agentes por parte de Jordi Dalmau, subjefe de unidad, que añadan en las actas que habían cerrado ellos algunos colegios electorales por voluntad propia que, en realidad y como consta en esos mismos mensajes, se habían encontrado ya clausurados al llegar o ni siquiera habían llegado a abrir. @mundiario

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