La vieja relación de Bárbara Rey y Juan Carlos I reaparece veinte años después, CESID por medio

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Bárbara Rey acusó el robo de material delicado.

La actriz Bárbara Rey anunció que quizá publicaría un libro sobre esta historia, dijo haber sido amenazada y presentó una denuncia contra el administrador particular de Juan Carlos, Prado y Colón de Carvajal, acusándolo del robo de pruebas delicadas de sus relaciones personales.

La vieja relación de Bárbara Rey y Juan Carlos I reaparece veinte años después, CESID por medio

La revelación de OKDiario, que aporta documentos de prueba, sobre el pago que los servicios de seguridad del Estado habrían realizado a María García García, conocida como Bárbara Rey, como ya se ha publicado, para que silenciara su relación y las pruebas que conservara de su presunta relación de 17 años con el rey emérito Juan Carlos I, ha provocado la esperada conmoción en diversos medios y redes sociales.

La citada información alude a que entre 1996 y 1997 en un banco de Luxemburgo se movieron cantidades millonarias de dinero para la actriz Bárbara Rey. Los pagos respondían a una operación secreta de los servicios de información a fin de que la vedette murciana no descubriera las relaciones que, desde el inicio de la Transición, mantenía con el rey Don Juan Carlos y no difundiera unos vídeos privados.

Hace ahora 10 años, en mi libro “La Comunicación bajo control - Usos, abusos, mitos, dueños, límites y riesgos de la libertad de expresión”, editado por Asociación de la Prensa de Vigo y el patrocinio de la Xunta de Galicia,  publiqué un capítulo dedicado a este asunto, que incluye la denuncia que la propia artista presentó contra el jefe bis de la Casa Real y amigo íntimo de Juan Carlos, Manuel Prado y Colón de Carvajal, a quien acusaba de ser el responsable del asalto llevado a cabo en su casa para apropiarse de diverso material audiovisual y fotográfico, que probaba la referida relación.

Manuel Prado y Colón de Carvajal, diplomático, actuaba como jefe bis de la Casa Real, si bien se decía eufemísticamente que fue administrador privado del Rey durante más de 20 años. Prado y Carvajal ingresó el 26 de abril de 2004 en la cárcel de Sevilla para cumplir una condena de dos años por el 'caso Wardbase', confirmada por el Tribunal Supremo en febrero del mismo año. Por razones humanitarias se le concedió el segundo grado penitenciario dos meses después. Ya había sido condenado antes por delitos comunes: como responsable de Grand Tibidabo, en febrero de 2008,  por apropiación indebida a tres meses de prisión por la Audiencia Nacional en el caso de la descapitalización de la compañía catalana. El Tribunal Supremo ya le había condenado a un año de prisión por apropiación indebida en septiembre de 2007 por un desvío de dinero del Grupo Torras.

Manuel Prado y Colón de Carvajal, en el centro de la historia

 

El arranque de la historia

El viernes 27 de junio de 1997, el diario El Mundo, en su sección de Sociedad, daba cuenta de que semanas atrás, la conocida estrella había presentado una denuncia en la comisaría del distrito madrileño de Tetuán en la que acusaba al empresario y embajador de España Manuel Prado y Colón de Carvajal de robarle casetes, cintas de vídeo y fotografías comprometedoras. Este material, dijo entonces, además de afectar a su intimidad perjudica a “una persona importante de la cual no desea en estos momentos decir su identidad”. De las propias manifestaciones de la interfecta a sus amistades se conoció que la actriz llevaba 17 años de relación con el misterioso personaje y que éste la visitaba con frecuencia. Por último, tras la decisión del no nombrado frecuentador, se acusó a la artista de haber solicitado muchos millones de pesetas por guardar silencio.

Dada la vinculación de Prado y Colón de Carvajal a la Casa Real, la opinión pública nacional no tardó en extraer sus propias conclusiones. Fuentes gubernamentales, citadas por el diario madrileño, consideraron entonces que la denuncia se inscribía en una operación de chantaje para obtener dinero u otros beneficios. Meses después, la actriz murciana presentaba un programa de la televisión pública en hora punta. En realidad, la alerta la desencadenó, nada menos, que la cadena de la Conferencia Episcopal. Antonio Herrero, en la COPE.  Pero la propia demandante apareció en varias cadenas de televisión asegurando que estaba amenazada de muerte y explicando con todo detalle los motivos de su denuncia.

Según el texto de la denuncia, firmada por María García García, nombre verdadero de Bárbara Rey: 

“El pasado día 25 del mes de mayo, denunció en estas dependencias un robo en su domicilio de documentación personal, la cual implica a personas importantes de este país por ser comprometedoras para ambos. El día 5 del presente mes, se ausentó de su domicilio y su hijo entró en su casa en la madrugada del día 9, notando el día 10 que personas extrañas habían entrado en el domicilio sustrayendo del mismo carretes fotográficos sin revelar, cintas grabadas de varios autores, una agenda personal, todo esto propiedad de su hijo, tres cintas de casete, cinco de vídeo, 20 diapositivas, todas ellas comprometedoras para ambas partes y propiedad de la declarante, especialmente relevantes para esta persona importante de la cual no desea decir su identidad”.

Sigue diciendo la denuncia  “Que sospecha que las personas autores de este hecho, han podido ser mandadas a su domicilio con el fin de retirar toda la documentación comprometedora para dicha persona por el señor Manuel Prado y Colón de Carvajal, así como un tal Eladio García Suárez, ya que estas personas se pusieron en contacto con ella queriendo tener información de tales documentos así como involucrar a la declarante en un negocio supuestamente legal, el cual, por grabaciones obtenidas por esta persona se tiene la sospecha de que el mismo no es legal, o bien la querían involucrar aportando cheques supuestamente de ventas ilegales, para luego implicarla si la operación salía mal”.

“Que la denunciante, ante todo, quiere salvaguardar el nombre de la persona con quien mantuvo relaciones, sintiéndose utilizada para que en caso de problemas, aparezca la culpable del daño que le pueda producir a esta persona a través de estas operaciones, para lo cual ha sido robada en su domicilio, intentado ser estafada, así como amenazada de muerte tanto ella como sus hijos, acusándola mediante llamadas telefónicas de haberse deshecho del material y puesto en circulación en prensa”.

“Que quiere hacer constar que tiene en su poder cintas magnetofónicas grabadas por la denunciante en las que se demuestra el intento de involucrarla en una operación financiera mencionada anteriormente, así como ponerla en contacto con Luis Anasagasti a quien considera Prado una persona de su entera confianza”.

“Que teme hacia la declarante y sus hijos cualquier tipo de daños físicos producidos por estas personas o por personas mandadas por ellos dado que hasta la fecha a la declarante ya se le han producido daños irreparables profesional, moral y humano así como boicot en su medio profesional. Igualmente teme que se utilice a la persona con la que ésta mantenía una relación para hacerle un daño irreparable”.

 

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Bárbara Rey con su marido Angel Cristo

Entrevista con Mario Conde

Bárbara Rey, siempre según El Mundo, se había entrevistado a finales de enero con Mario Conde para facilitar al ex banquero la información que la actriz calificaba de “comprometedora”. Durante el encuentro, la presentadora manifestó a Conde que había sido presionada por Manuel Prado para que no se difundiera lo que ella sabía. El ex banquero aseguró que tras la entrevista se limitó a informar a los afectados. Respecto a con qué fin mantenía en su poder documentación tan “comprometedora”, la actriz declaró a El Mundo: “Se trata de recuerdos de mi vida privada. No tenía ningún objetivo”.

Por otra parte, Cristina Ordovás, condesa de Ruiz de Castilla, señaló al citado periódico que Bárbara Rey le contó los hechos denunciados y que ella le recomendó que se pusiera en contacto con el policía Miguel Angel Díez, el agente que investigó el atentado contra su marido. En la denuncia, la actriz menciona el nombre de Luis Anasagasti como una de las personas que la presionaron. Se da el caso de que algunos agentes del CESID utilizan habitualmente el apellido Anasagasti. En el Centro, cuando se dice Anasagasti se hace el siguiente comentario jocoso: “¿Cómo dices que te llamas: Ana Sagasti?”.

Al día siguiente,  El Mundo reprodujo las propias manifestaciones de la artista, quien confirmó los términos de la denuncia que presentó en la comisaría de Tetuán el 13 de junio, y reconoció que en ésta señalaba a Manuel Prado y Colón de Carvajal como uno de los posibles autores del robo de material gráfico en su casa. En este material gráfico, según la actriz, estaban implicadas altas personalidades del país. Pero estas “personas importantes” que aparecen en las cintas de vídeo, casetes y fotografías que le han sido robadas de su domicilio sabían en todo momento que eran fotografiadas o filmadas: “Yo tengo fotografías en mi casa y en todo momento esas personas sabían que estaban siendo fotografiadas o filmadas, sin mayor problema. A lo mejor no es que lo sabían, sino que lo han hecho ellos mismos (las fotografías y vídeos)”, dijo.

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En este libro ya se recogía en 2007 toda la historia.

 

Bárbara Rey anuncia que publicará un libro

Pero cuando le preguntaron quién era personalidad de la rocambolesca historia, respondió: “Nunca he revelado un nombre ni lo haré. Si alguna vez tengo que contar cosas escribiré un libro en el mundo entero”. En cambio, en el entorno del embajador Prado se manifestó “absoluta perplejidad ante tal denuncia”, y en el mismo sentido se añadió que no se haría ni un comunicado ni declaraciones sobre el asunto. Agregaron que Prado había encargado a su equipo de abogados que estudiasen la posibilidad de emprender acciones legales por habérsele imputado un delito. Pero del asunto no se tuvo otra noticia que la cíclica aparición de la historia en los programas basura de televisión, amén de ser citado en diversos libros aparecidos posteriormente.]

Y mientras el entonces secretario de Estado para la Comunicación, Miguel Angel Rodríguez, dijo que al Gobierno no le interesaba la polémica, Bárbara Rey no paró de contar extremos de su caso. Describió minuciosamente las extrañas visitas de supuestos reporteros que, haciéndose pasar por tales, y con destino a un libro sobre su vida, habían fotografiado su casa e interesado por su distribución, situación de la caja fuerte y otros aspectos íntimos de su hogar y que, incluso, habían ofrecido un millón de pesetas a sus sirvientes por su cooperación. Se montó entonces un dispositivo policial para averiguar quiénes eran los intrusos. La ex domadora explicó que al empleado protagonista de la historia “le pusieron un micrófono, y varias personas fueron a tomar fotos y vídeos del encuentro con esas dos persona”. Se suponía que este empleado debía darles algún tipo de información. Al parecer, la clave para desactivar la alarma de la vivienda de Boadilla del Monte.

Cuando fui a la comisaría me dijeron cosas increíbles: las fotos [esencial elemento de prueba del supuesto acoso que la artista decía sufrir] se habían velado, el vídeo no servía, no se había grabado la cinta porque el señor (el empleado) habría tocado algún botón, que no se podía localizar a los que fueron a mi casa porque el número del móvil que le habían dado para contactar con ellos era el de una tarjeta”. La denuncia de Boadilla fue remitida al juzgado de Móstoles. El caso quedó allí.

A raíz de la denuncia contra Prado y Colón de Carvajal –daría con sus huesos en la cárcel, aunque por otros hechos–, Bárbara Rey se convirtió en la persona más buscada por los medios de comunicación. La actriz hizo decenas de declaraciones a emisoras de radio y cadenas de televisión. En ellas llegó a decir que temía seriamente por su vida, tras explicar que soportaba presiones desde hacía meses.

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Corona que los Reyes enviaron al funeral de Prado y Colón de Carvajal.

Sólo he dado amor

Pero la perla de la historia fueron unas declaraciones, previamente grabadas, emitidas en el programa de María Teresa Campos en Tele5. Bárbara Rey dijo literalmente: «Yo sólo he dado cariño a quien lo necesitaba», y, mirando fijamente a la cámara, advirtió: “A mí me matarán. Espero que no se atrevan con mis hijos, porque entonces Dios me dará una segunda vida para cargarme a quien haga falta. Yo llego hasta el final y la gente sabrá quién me ha matado”. También aseguró que los robos que se produjeron en su domicilio fueron realizados por expertos. “Incluso me hicieron creer que había ganado un concurso para tenerme todo el día alejada de mi casa y poder hacer su trabajo con más tranquilidad”, añadió.

Con mayor precisión, Federico Jiménez Losantos se refiere a este asunto en su libro “De la noche a la mañana. El milagro de la COPE” (La Esfera de los Libros, Madrid, 2006), bajo el epígrafe “Rumores y leyendas sobre la muerte de Antonio”, escribe en la página 28:

“Todavía hoy muchos creen que a Antonio [Herrero] lo mataron. Más concretamente que lo mató el CESID o alguno de los elementos de la trama del GAL, como los que montaron el vídeo en contra de Pedro Jota. Algunos, mejor enterados, creen que se debió a que Bárbara Rey vecina de Antonio había ido quejándose del acoso del CESID por una supuesta grabación de sus encuentros sexuales con el Rey y por el terror que tenía a sufrir un “accidente” que eliminara cualquier posible escándalo. Bárbara le había entregado una copia del vídeo a Antonio “por si le pasaba algo” y, enterado el CESID, alguien había ordenado que se evitara la tentación de que el vídeo del Rey con Bárbara se hiciera tan famoso como el de Pedro Jota con Exuberancia,… eliminando discretamente a Antonio”.

Aunque Jiménez Losantos reconoce que, pese a que la hipótesis pueda ser verosímil no significa que sea cierta, añade:

“Que la actriz había ido a quejarse a Antonio a cuenta de su lío con el Rey es rigurosamente cierto. Lo sé porque a mí me lo había contado el propio Antonio; y estoy seguro de que no fui el único”.

E incluso llega a especular con que Antonio Herrero hubiera tenido acceso a una copia del citado vídeo famoso.

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Juan Carlos I en una viñeta de Omar. / Mundiario

Los aportes de Pilar Urbano sobre el CESID

Y sobre esta historia, otra persona que aporta nuevos datos es la periodista Pilar Urbano, quien en su libro “Yo entré en el CESID” (Plaza y Janés, Barcelona, 1997), identifica incluso al experto que pudiera haber ayudado a Bárbara Rey a instalar los dispositivos de grabación. Así, bajo el epígrafe “¿Dónde está el vídeo maldito de Bárbara Rey?” (Páginas 355-361), su confidente afirma que las grabaciones de la conocida actriz, de existir, habrían sido montadas por “cierta tienda de artilugios sofisticados que está por Alcalá. Son amigos. El dueño de la tienda está en muy buenas relaciones con BR.”.

En el libro de Pilar Urbano se detalla el procedimiento del que pudieron servirse los autores del secuestro para decomisar el material delicado, el modo en que fue detectado y el destino del mismo, una vez localizado. Otros libros de gran éxito editorial han abordado otros aspectos del famoso caso.

Lo cierto es que, a raíz de la primera denuncia y que el asunto trascendiera, la actriz fue vetada en un famoso programa rosa “Tómbola”, emitido por Canal Nou, desde Valencia, en el que estaba contratada, tres recibirse un fax oficial sobre su presencia, ante el temor a que ella hable más de la cuenta. Bárbara aparece enfadada en Barajas y una televisión recoge su queja de que, curiosamente, en España no hay libertad de expresión. Poco después, tanto Canal Nou como Televisión Española concedieron un programa propio a Bárbara Rey. Del asunto volvió a hablarse largamente en el espacio “Hormigas Blancas” de Tele5 el 16 de agosto de 2007. En dicho programa se recordó que la protagonista de esta historia había solicitado muchos millones por su silencio, tras la ruptura de una relación que –según se dijo en dicho programa- había durado 17 años.  Bárbara Rey, por su parte, ha realizado manifestaciones contradictorias sobre este suceso, llegando a decir que el material gráfico y audiovisual que le fue sustraído no había sido impresionado o grabado por ella-

Una paradoja de esta historia es que la tradicionalmente declarada “monárquica” actriz, ahora no se cansa de proclamar que ella es una convencida republicana.  Tal declaración la hizo ella misma, en el programa La cocina del infierno. Algo parecido le pasó a Carmen Ruíz Moragás, amante y madre de dos hijos de Alfonso XIII, quien en su tiempo sufrió idéntica transformación, según refleja la prensa de la época. Y es que, por lo que se ve, cuando el amor se acaba, hasta se cambia de ideas políticas.

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