La vida de excesos de Kim Jong-nam, el heredero de Corea del Norte

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Kim Jong-nam y Kim Jong-un. / Wikipedia.

El que fuera el primogénito y heredero del legado del fallecido líder norcoreano Kim Jong-il fue asesinado el martes en Malasia.

La vida de excesos de Kim Jong-nam, el heredero de Corea del Norte

Según medios surcoreanos, el heredero de 45 años murió a manos de dos mujeres que utilizaron algún tipo de veneno, el hecho ocurrió en el aeropuerto de Kaula Lumpur de Malasia. De igual forma, la autopsia aún no ha sido revelada y las mujeres se encuentran detenidas junto a una tercera persona.

Una vida dentro de una jaula de oro

Kim Jong-nam nació como el primogénito del fallecido dictador norcoreano Kim Jong-il, por lo tanto era el destinado a ocupar el puesto de ‘líder supremo’ de su país. El hombre nació en la capital de Corea del Norte, Pyongyang en 1971, su madre fue una actriz que enamoró al futuro líder coreano y su relación no era bien vista por la sociedad de aquella época.

Por lo que su padre, se vio obligado a ocultarlo de su abuelo, Kim Il-sung, así vivió gran parte de su vida encerrado y lejos del mundo para evitar encontrarse con la furia del dictador. Sumado a esto, su madre Song Hye-rim empezó a desarrollar enfermedades mentales y físicas que impidieron que se encargase de su cuidado, que fue relegado a sus tías y abuela materna, con la constante supervisión de Kim Jong-il.

A pesar de todo el drama familiar, es conocido el amor que el padre sentía por su hijo, al cual intentaba consentir en todo lo que pedía. En 1979 el hijo pródigo se fue al exterior a estudiar, en este tiempo Kim Jong-il conoció a la bailarina Ko Yong-hui de la que se enamoraría y terminaría teniendo tres hijos, entre ellos, al actual dictador coreano Kim Jong-un.

La vida luego de salir de la jaula de oro

El primogénito del líder pasó gran parte de su vida en el extranjero, lejos de las presiones y actividades políticas de su país. Esto lo convirtió en un fiestero y apostador empedernido.  Estuvo viviendo hasta 10 años entre Rusia y Suiza, aprendió a hablar francés e inglés y empezó a visualizar un mundo muy distinto al de la Corea del Norte que conoció.

En el 2000 pasó a residir en China y por ese tiempo ya estaba cuestionando la política y la economía de su país, esto hizo que su padre se molestara y amenazara con enviarlo a la cárcel o a las minas de carbón si no cambiaba sus libertinas ideas. Pero estas amenazas jamás se materializaron y al contrario, el líder se encontró lidiando con un hijo rebelde y Jong-nam se encontró resistiéndose a las ideas y expectativas de su padre.

El papel del heredero norcoreano estaba en problemas, puesto que Jong-nam y su libertinaje no eran viables para ocupar dicho puesto, a pesar de esto, el joven se empezó a vincular con el aparato económico de Corea del Norte, en gran parte por medio del intercambio de divisas fuera de la nación asiática.

Así llegó a participar en varios negocios oscuros de índole comercial, nunca centrados en el narcotráfico ni en el armamento directamente, pero esto era un daño colateral del intercambio económico. Por esta línea siguió durante un tiempo, en el que frecuentó a los grandes casinos movedores de billones anuales, lo que lo convirtió en un apostador y empezó a vivir como un rico sin fronteras.

Luego en 2001 ocurrió la gran deshonra, fue detenido en un aeropuerto de Japón con un pasaporte falso, al ser cuestionado por los agentes el solo dijo que quería ir al parque de Disney. Después de este episodio pasó a mantener una vida fuera de los focos entre China, Singapur y Macao.

Un trágico final

Aunque fue Kim Jong-un quien terminó asumiendo el poder en 2011, muchos de los grandes líderes norcoreanos aún sentían cierto respeto y afecto por Jong-nam, además este último había formado unas buenas conexiones con un amplio sector de las élites chinas.

Los medios surcoreanos han cubierto ampliamente la muerte de Jong-nam, y han estado manejándolo de una manera en la que afirman que el joven dictador coreano pudo haber orquestado su asesinato. Una afirmación difícil de saber, puesto que a Corea del Norte siempre la ha rodeado un aura de misterio y es complicado pensar que el Kim Jong-un haya deseado asesinar a su hermano, debido a que el último siempre ha expresado su desinterés por querer ocupar “su lugar”. Así mismo, no sería conveniente manchar (aún más) su imagen con el asesinato de su hermanastro.

Además buscar una revuelta en ese país sería casi imposible y requeriría de mucha ayuda extranjera, con todo y sus conexiones. De igual forma, todo esto no encajaría con el perfil de Kim Jong-nam, que eligió vivir una vida de excesos, despreocupada y lejos de su país natal. Hasta ahora las autoridades de Malasia continúan investigando que ha ocurrido e inclusive se maneja la hipótesis de que el norcoreano pudo haber sufrido un infarto.

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