La vida del abuelo de Pablo Iglesias es la más novelesca del libro Algunos abuelos de la democracia

Alfonso García reunió a más de cien personas en la presentación de su libro en Madrid. / Mundiario
Alfonso García reunió a más de cien personas en la presentación de su libro en Madrid. / Mundiario

Su autor, Alfonso García, también aludió al caso de Enrique Rajoy Leloup, abuelo de Rajoy, “cuya historia es peculiar y casi desconocida, incluso en Galicia”. Fue republicano convencido, laico, galleguista y alma del estatuto de autonomía de Galicia de 1936.

La vida del abuelo de Pablo Iglesias es la más novelesca del libro Algunos abuelos de la democracia

“He perseguido la verdad con rigor y honradez, al tiempo que con respeto  y neutralidad”, dijo Alfonso García López colaborador de MUNDIARIO– de su libro “Algunos abuelos de la democracia", en el que tras múltiples investigaciones traza los perfiles de los cuatro abuelos de algunos de los políticos más relevantes de nuestros días: Rajoy, Zapatero, Iglesias, Rivera y Sánchez. La obra, prologada por el editor de MUNDIARIO, José Luis Gómez, fue presentada en la Delegación de la Xunta en Madrid/Casa de Galicia.

El objetivo del autor, notario jubilado, ha sido el de “buscar la verdad de sus biografías” basándose en la documentación procedente de más de treinta archivos, entre ellos, el General de la Administración, de Alcalá de Henares; el Centro Documental de la Memoria Histórica, de Salamanca; o el Archivo Histórico Nacional de Madrid.

En el acto intervinieron el delegado de la Xunta en Madrid, y director de la Casa de Galicia, José Ramón Ónega López; el general consejero togado del Cuerpo Jurídico Militar (r) y exdirector de Derecho Internacional Humanitario de CRE (Cruz Roja Española), José Luis Rodríguez-Villasante y Prieto –compañero de estudios en Santiago de Ónega–, y el propio autor, Alfonso García, notario jubilado.

“Los libros han ganado más batallas que las armas”, dijo Ónega, citando a Argensola y añadió que “estamos ante un documento vivo, una fuente imprescindible  y un relato eficaz y ágil, que busca la verdad”, utilizando, casi exclusivamente, fuentes archivísticas”.

Para Rodríguez-Villasante, tras realizar una breve semblanza del autor, “notario, historiador, abuelo y expresidente de la Cruz Roja de A Coruña”, destacó, enlazando la biografía con el libro, “los valores humanitarios de la obra: la independencia, la humanidad, la imparcialidad y la neutralidad” y aludió al libro “El tercer combatiente” de Marcel Junot, Delegado de la Cruz Roja en la guerra civil española, para destacar otra obra fundamental de Alfonso García, “Entre el odio y la venganza”. 

Seguidamente, el presentador se centró en las biografías de algunos de los abuelos: En primer lugar en la del capitán Juan Rodríguez Lozano (abuelo de José Luis Rodríguez Zapatero), poniendo de relieve “las incógnitas que rodean su condena y ejecución por el delito de traición, así como la desaparición del sumario original”. El segundo abuelo fue Enrique Rajoy Leloup (abuelo de Mariano Rajoy Brey), profesor de Derecho, abogado, republicano de derechas, apartidista y destacado galleguista. Pero la vida más novelesca que describe la obra es la peripecia vital de Manuel Ramírez Iglesias (abuelo de Pablo Iglesias Turrión), capitán auditor presidente de un Tribunal Militar de la República, poeta, abogado, funcionario y referencia de la vida social madrileña. “Es tan real como asombroso el relato de su condena a muerte por rebelión, la conmutación de la pena, el indulto y su puesta en libertad”. No revisten tanto interés las vidas de los demás. La de Mateo Pérez-Castejón Dìez (abuelo de Pedro Sánchez Pérez-Castejón) salvo porque el autor rechace una falsa atribución de ascendencia que califica de burdo infundio, y la del abuelo materno de Albert Rivera Díaz: Alberto Rivera Ortega, calafate de la Barceloneta y que era un niño en la guerra civil  (que vivió su  bisabuelo).

Rodríguez-Villasante destacó “el rigor académico de la obra”, hasta tal punto que (aludiendo a la Bocca de la Veritá que ilustra la portada) “bien podría el autor introducir su mano, sin ningún temor a perderla, por el carácter veraz e independiente de su aportación histórica”, cuya lectura recomendó vivamente.

Por su parte, Alfonso García también hizo hincapié en la verdad, con unos “sencillos y expresivos versos de Antonio Machado: ¿Tu verdad? No, la verdad/ y ven conmigo a buscarla./ La tuya, guárdatela”. Es por ello que el autor subrayó el que “estas páginas buscan la verdad; entendida en un doble sentido: la veritas latina, conformidad de lo que se dice con los hechos, y la aletheia griega, aquello que no está oculto”.

El motivo por el que el autor decidió investigar sobre “los abuelos”, surgió porque “sus nietos o terceros se han referido con frecuencia a la vida y pensamiento de ellos, en unos casos desvirtuándolos y en otros utilizando falsedades”. Es por eso que “he perseguido la verdad con rigor y honradez, al tiempo que con respeto y neutralidad”, dijo, y más teniendo en cuenta “la creciente tendencia a tergiversarla de la sociedad de hoy amparándose en gran medida en el anonimato que proporcionan las redes. Por eso este libro”.

En sus palabras también aludió al caso de Enrique Rajoy Leloup, abuelo de Mariano Rajoy, “cuya historia es peculiar y casi desconocida, incluso en Galicia”. Rajoy Leloup fue republicano convencido, laico, galleguista y alma del estatuto de autonomía de Galicia del año 1936, junto a sus amigos Alejandro Bóveda y Ángel Casal, los dos fusilados. Él sufrió el ostracismo durante varios años. 

En el caso del abuelo de Pablo Iglesias, Manuel Iglesias Ramírez, en 1938, cuando tenía 25 años presidía el Tribunal Militar del IX Cuerpo de Ejército republicano, con base en Úbeda. Después fue detenido, procesado y condenado a muerte en Úbeda  el 27 de julio de 1939. Hasta los 26 años tuvo una vida. Después de lograr que la pena le fuera conmutada, su vida fue otra totalmente diferente y “desarrolló una larga carrera profesional en el Seguro Obligatorio de Enfermedad, dependiente del Ministerio de Trabajo, en tiempos del ministro José Antonio Girón de Velasco, que le permitió dar educación universitaria a sus siete hijos y aparecer en las crónicas de sociedad de ABC con cierta frecuencia”.

Para terminar, el autor señaló con humor, que si alguien tuviera la tentación de decirle “se te ve la oreja”, como ya hizo un amigo con cariño, le contestaría con la frase de  Pármeno en La Celestina: “Mal me quieren mis comadres, porque digo las verdades”. @mundiario

   

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