¿Va el Gobierno a perdonar la deuda de las autonomías?

Cristóbal Montoro.
Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda. / RR SS

Montoro se guarda un as en la manga. ¿Ganarán los incumplidores frente a aquellos que han hecho los deberes? Todo apunta a que sí, el mecanismo para hacerlo ya tiene forma.

¿Va el Gobierno a perdonar la deuda de las autonomías?

Lejos de avanzar en una propuesta hacia la reforma del sistema de financiación autonómica, el ministro Cristóbal Montoro se ha enredado en agitar la vasija de la deuda. Los mecanismos extraordinarios de liquidez que habilitó el gobierno en forma de Fondo de Liquidez Autonómica, Fondo de Facilidad Financiera, etc., tienen que llegar a su fin y precisan de una desconexión asistida para que puedan tornar, poco a poco, a la normalidad. Sin embargo, eso no es todo, hay una gran tensión en torno a los pasivos acumulados durante este período. Las comunidades más endeudadas piden borrón y cuenta nueva, mientras las cumplidoras abogan por una reformulación de las condiciones, pero se oponen a una condonación, que consideran injusta y contraria al principio básico de disciplina fiscal impuesto por Bruselas, con el añadido del riesgo moral que, a buen seguro, se generaría en el futuro.

Montoro se encuentra ante esta encrucijada, ¿perdona o reestructura la deuda?, es decir, ¿mutualiza los pasivos que concentraron en más de un 50% la Comunidad Valenciana, Cataluña, Castilla la Mancha y Murcia? ¿o les ofrece mejores condiciones para su devolución? Mientras el PNV se deja querer y deshoja la margarita del apoyo a las cuentas, el ministro no lo aclara, pero deja una puerta abierta a las quitas a través de un subterfugio presupuestario. La disposición adicional centésima trigésima sexta del proyecto de ley pendiente de convalidar en las Cortes Generales, establece que el “Gobierno se reserva el poder de aprobar los incentivos a las Administraciones Territoriales… con el fin de que los menores recursos consecuencia de la devolución de las cuotas de reembolso de deudas frente al Estado tengan un impacto menor sobre su deuda”.

Este párrafo es lo suficientemente ambiguo como para que, llegado el momento, el ejecutivo pueda ofrecer como moneda de cambio la mutualización de la deuda autonómica entre todos los españoles. ¿Qué cara se les puede quedar a aquellos que, haciendo uso de su responsabilidad y autonomía han ajustado al máximo sus gastos y exprimido sus ingresos para contribuir al objetivo de consolidación fiscal requerido?, ¿ganarán una vez más los incumplidores frente a aquellos que han hecho los deberes? Todo dependerá del cambalache que se precise para atender los desafíos políticos que se avecinan, de entrada, el mecanismo para hacerlo ya tiene forma. Veremos. @mundiario

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