El tenebroso ascenso de los nacionalistas blancos en el mundo

Miles de nacionalistas blancos marchan en Varsovia. / RRSS
Miles de nacionalistas blancos marchan en Varsovia. / RRSS

El nacionalismo blanco no es exclusivo de los Estados Unidos, de hecho Europa vive desde hace un tiempo el ascenso de estos grupos radicales. 

El tenebroso ascenso de los nacionalistas blancos en el mundo

El nacionalismo blanco es un tipo de nacionalismo que sostiene la creencia de que los blancos son una raza, y por ende busca desarrollar y mantener una identidad nacional completamente blanca. Sus defensores se identifican con el concepto de nación blanca y están vinculados al mismo de manera vitalicia. El separatismo blanco y la supremacía blanca son subgrupos de nacionalismo blanco.

Hay movimientos de esta índole en muchas partes de Europa y en los Estados Unidos. Países como Australia, Canadá y Nueva Zelanda también conviven con grupos nacionalistas blancos en su diario vivir. La última gran demostración de esta corriente de pensamiento se ha dado en Polonia, donde alrededor de 60,000 personas marcharon en Varsovia durante el Día de la Independencia, muchos de ellos cantando consignas antisemitas, antimusulmanas y anti-gay.

Aún así muchas personas de la multitud no formaban parte de los grupos nacionalistas radicales, sino que asistieron en la celebración del Día de la Independencia. Uno de los organizadores es el grupo Toda la Juventud de Polonia, una asociación que organiza manifestaciones en el Día de la Independencia de Polonia al menos desde 2010.

En sus primeros años solo asistieron unos cientos de personas, pero el evento ha crecido de manera considerable para atraer a los nacionalistas de derecha de toda Europa, al punto de que el sábado pasado eclipsó otras festividades. La de Polonia es solo una muestra más, pero ya es innegable que el nacionalismo blanco está presente entre la población del mundo. La impunidad de la violencia en casos como los de Estados Unidos ha dado lugar a la actual crisis de derechos humanos y debe abordarse como una cuestión de urgencia.

Pero con una historia mundial tan impregnada de violencia racial, tomará mucho más que reconocer el efecto de su existencia. Medidas deben ser adoptadas. Estos grupos manifiestan de manera pacífica en muy pocas ocasiones, y siempre existe el riesgo de tener que lamentar algo tras sus apariciones públicas. La coexistencia de las personas con cualquier ideología racista que predique el dominio de un solo grupo sobre otros seguirá sofocando la plena consecución de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los demás habitantes del mundo.  @mundiario

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