El Ficcionario, interpelado, responde: "Se escucha, pero no se oye"

Alegoría del oído, de Miguel March_opt
Alegoría del oído, de Miguel March.

Es posible oír sin escuchar y también escuchar sin oír. Oír sólo implica percibir sonidos a través del oído; escuchar requiere, en cambio, algo más: la predisposición psicológica de atender.

El Ficcionario, interpelado, responde: "Se escucha, pero no se oye"

El Ficcionario se encarga esta semana de aclarar un error frecuente en los preliminares de la comunicación verbal, así como de denunciar el oscuro panorama que aguarda a derechos tan importantes de los trabajadores como el derecho a huelga o a unas vacaciones remuneradas.

hoyente. Dícese del que percibe ciertos sonidos desde un hoyo. Si se trata de palabras, podrá hacerlo fundamentalmente en dos circunstancias posibles: con la alegre esperanza de ser rescatado o con la desoladora convicción de que esa será su sepultura. Depende del mensaje que encierren. A este respecto, no conviene confundir "oír" con "escuchar", como tampoco -ya lo advirtió Machado- "mirar" con "ver". Podemos oír sin escuchar y, por tanto, no llegar a comprender lo que se está diciendo. Y también podemos, en circunstancias específicas, escuchar sin oír. Oír sólo implica percibir sonidos a través del oído; escuchar requiere, en cambio, la predisposición psicológica de atender. El conferenciante o presentador que, ante la duda sobre si el micrófono funciona o la voz llega con suficiente intensidad al auditorio y, no siendo el caso, pregunta si se le escucha, merece ser respondido al unísono de este modo: "Sí se le escucha, pero no se le oye".

hoyr. Captar las palabras o sonidos de la actualidad. Nada mejor que la radio para garantizar su inmediatez.

hozico. Parte saliente de la cara de los mamíferos que algunos utilizan para hozar (como los cerdos y jabalíes cuando escarban la tierra) y otros para dar hozadas (como las cabras o vacas cuando siegan el prado).

hozipital. Parte del cerebro de un comunista gobernado por la hoz. La parte opuesta se ha de regir, entonces, por el martillo.

hozpital. Centro sanitario en el que acostumbran a cortar por lo sano con una herramienta compuesta por una hoja curva en forma de media luna sujeta a un mango de madera.

Hoztavio. El cirujano de dicho hospital.

Huelba. Capital andaluza por la que, antes de que emigrara hacia Centroeuropa, pasaba el río Elba.

huexudo. Primera persona del presente de indicativo del verbo huexudar, que significa resudar los huesos.

huhelga. 1. Paro que de forma voluntaria realiza Helga en el trabajo, con el fin de obtener alguna mejora de sus condiciones laborales. 2. Decisión que acto seguido toma el empresario que la tiene contratada, diciéndole a Helga que sobra. Una situación que ilustra la forma en que las reformas laborales de inspiración neoliberal transforman derechos adquiridos, como la huelga, en un bumerán que se vuelve en contra del trabajador que la ejerce. Cristina Cifuentes, presidenta popular de la Comunidad de Madrid, al declarar recientemente que las vacaciones debieran ser voluntarias para los trabajadores, nos ha puesto en la pista de lo que pronto sucederá con este derecho: que aquellos que lo ejerzan (habiendo podido renunciar a su disfrute) tendrán menos oportunidades de encontrar trabajo.

Hulises. Nombre que suele estar sobre la mesa a modo de tapete.

¡hullamos! Expresión con la que los trozos de hulla se advierten unos a otros sobre la inminencia de una explosión en la mina.

humanisar. Propiciar la benevolencia de un ser humano dándole de beber una infusión de anís (o, si lo prefiere, una copa). Aunque sólo sea porque así hará mejor la digestión y repercutirá en su buen humor.

humiyación. Vejación que alguien sufre mientras yace. Una de las formas más recientes es la agresión sexual de chicas inducida por la ingestión de drogas o fármacos tomados involuntariamente, lo que se conoce como "sumisión química", cuya finalidad en este caso es la anulación de la voluntad para facilitar su violación.

humiyante. Dícese del trato denigrante que alguien recibe cuando se le obliga a comer. El acto supone una inversión dialéctica de situaciones pretéritas, en las que la humillación se asociaba preferentemente a permitir que otros pasasen hambre.

hundécimo. 1. Barco que ocupa el lugar número once en el naufragio de una flota. 2. Décimo hundido, tal vez porque la suerte no le acompañó en el sorteo de la lotería. Tocó el de al lado. Tocado y hundido, así de desiguales quedan ambos en este azaroso juego.

Comentarios