Reino Unido pasa el umbral de las 40.000 muertes por Covid-19 y crece la incertidumbre
La gestión de la crisis sanitaria en el Reino Unido por la pandemia de coronavirus ha sido dual, intermitente y opaca, pues el Gobierno había asegurado que su plan de flexibilización y seguridad protocolar en los desplazamientos públicos sería eficaz para mitigar la curva de propagación de los contagios, pero la Covid-19 no da tregua en el país y Londres está cada vez más presionado por el avance del virus y su impacto económico y social sobre la población británica.
Y es que las dudas sobre la estrategia que ha seguido el Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, para hacer frente a la pandemia de coronavirus han aumentado al superarse hoy los 40.000 muertos confirmados por COVID-19 en el Reino Unido, el país más castigado de Europa por el patógeno.
Este contexto demuestra que la administración logística y financiera de Londres sobre la crisis podría llevar a la nación británica a ser el epicentro mundial de la pandemia si los brotes se concentran en una espiral epidemiológica de multiplicación muy agresiva similar al ritmo con que lo ha hecho al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos y América Latina.
La cifra es ya el doble de los 20.000 fallecidos que el consejero científico del Ejecutivo británco, Patrick Vallance, consideraba a mediados de marzo que sería "un buen resultado" de la gestión de la crisis.
Aun así, el país enfrenta el duro reto de impedir que la crisis sanitaria haga mella en una economía que se ya ha visto sacudida por la salida de Reino Unido de la Unión Europea y el impacto a nivel comercial, empresarial, migratorio y bancario de esa escisión política sobre la sexta economía del mundo.
Hasta ahora, en Reino Unido se contabilizan 283.000 casos confirmados de coronavirus, 40.261 muertes y no hay ningún registro de pacientes recuperados por falta de información de parte del Gobierno y el Ministerio de Salud británico. @mundiario
