¿Está realmente ahora Colombia ante el milagro de la paz?

Firma de la paz en Colombia.
Firma de la paz en Colombia.

El Gobierno de Colombia y las FARC firmaron el acuerdo que pone fin a 52 años de guerra ante el respaldo unánime de la comunidad internacional.

¿Está realmente ahora Colombia ante el milagro de la paz?

El 26 de septiembre de 2016 ya formará parte de las fechas clave de la historia de Colombia.¿Demasiada publicidad a un proceso de paz que aún se atraganta?, mucho postureo y poca calle han hecho los representantes de Gobiernos e instituciones internacionales que ensalzan a Santos y jamás podrian oler el miedo que aún respiran los campesinos, desde el terror que sembró en la selva colombiana aquel histórico sanguinario Tirofijo, como se conoció al fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda Vélez, su sucesor Alfonso Cano y quien hoy les representa, Rodrigo Londoño, alias Timochenko. 

Ocho millones de víctimas, más de 220 mil muertos, más de seis millones de desplazados. La masacre de la FARC de los últimos 20 años hoy se sella con una bala ¿qué representa la paz?, ¿se administra justicia?, ¿responde el acuerdo a una democracia real?, ¿cuánto nos costará la reconciliación?, ¿es el silencio definitivo de los fusiles como dice el Acuerdo? demasiada utopía, hay que ver la realidad más allá del vídeo que ha mostrado Santos al mundo desde la calidez de mi querida Cartagena este 26-S.

El Acuerdo recoge una gran verdad de la que somos conscientes todos los colombianos "Un conflicto armado en Colombia, de más de cinco décadas, ha ocasionado un daño y un sufrimiento a la población sin igual en la historia".  Ciertamente, como también ha manifestado el presidente Santos en su discurso de esta fecha histórica , "nunca antes se había llegado a este punto", la duda está en si estamos ante la mejor oportunidad de nuestra historia.

El mundo mira a Colombia, se espera un punto final a 52 años de guerra, se oficializa el proceso de paz con una firma histórica entre la guerrilla liderada por Timochenko y el presidente Juan Manuel Santos. Los sentimientos de los colombianos no están alineados con el resultado hasta ahora logrado aunque la imagen del proceso a nivel internacional es muy positiva. La sentencia llegará el próximo 2 de octubre, en el plebiscito. Nadie niega el derecho a la paz, este todos de corazón lo sellamos.  El plebiscito tiene como objetivo manifestarse sobre el Acuerdo de La Habana. ¿Por qué cerrar una renegociación? que es lo que pide la oposición para que tanta muerte y violacion de derechos no queden impunes, esa es la cuestión.

Una sola pregunta: "¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?" Un futuro por respuesta, porque solo el tiempo nos permitirá juzgar si la decisión ha sido la correcta, tras más de 50 años de violencia, en la que todo colombianos llevamos la muerte a cuesta. 

Perdonar merece un SÍ, pero ¿demasiados privilegios para la guerrilla es meritorio? Antes de empezar la ceremonia histórica de Cartagena, la noticia de que las FARC ya no es parte de la lista de terroristas en Europa dio la vuelta al mundo. Sorprende incluso que Estados Unidos también aplauda las condiciones del Acuerdo, país de destino principal de la droga, la fuente de financiación de la guerrilla desde sus inicios.

Hay quienes consideran la firma de la paz la crónica de una muerte anunciada. Entre ellos ex presidentes como Álvaro Uribe Vélez y Andrés Pastrana, con argumentos que me mueven las entrañas, “la entrega del país a la guerrilla en un escenario de total impunidad”, "Se está haciendo un acuerdo con el mayor cartel de drogas del mundo".

Las reglas del juego benefician a los malhechores, a quienes secuestraron a Colombia en un régimen de terror y desangraron miles de familias. ¿Por qué darles el trono: representación política, perdón y sin cárcel? La guerrilla más antigua de América Latina hoy acapara los flashes del mundo, no las vi timas. Que empiece pues la puesta en escena. Ojalá no sea la peor equivocación de una negociación en la que se ha negado el derecho de un muerto: descansar en paz, con justicia...no hay vuelta atrás. Pero Santos ha olvidado una regla básica, sin castigo no hay perdón, demasiadas garantías de una justicia injusta. Cuatro años de diálogo en el que gana la guerrilla.  297 páginas demasiado complejas para contestar un Sí: texto íntegro del Acuerdo de Paz.

El primero de los grandes logros que enmarca esas páginas fue la amnistía para los guerrilleros. Los protagonistas: Manuel José Cepeda, asesor del Gobierno y el abogado español Enrique Santiago, miembro de Izquierda Unida, asesor de las FARC. Imaginar a la guerrilla representando la vida política colombiana nos cierra la garganta a muchos colombianos. La garantía de una representación de 10 escaños al menos hasta 2026, es demasiado premio. Que entreguen totalmente las armas en 2017, es cuestión de fe. Cuesta creer en quienes solo han sembrado maldad. 

La idea fundamental del fin del conflicto es claramente consolidar la paz por vías democráticas, que "se rompa para siempre el vínculo entre política y armas", que nadie más use las armas para promover una causa política pero justifica ello que quienes dicen dejarán las armas tengan todas las garantías antes del hecho en sí.

SÍ, como colombiana sueño con una noche pacífica, pero en el silencio de la noche me cuesta interiorizar que Santos "nos ha vendido el mayor engaño de la historia". Demasiado realismo mágico para quienes creen que el fin de la guerra ha llegado a mi querida Colombia. No nos equivoquemos, este ha sido el gran negocio de las FARC.

 

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