El pulso de la hostelería

'Terraceo' en vernao en España. / Daniel Nebreda. / Pixabay
'Terraceo' en vernao en España. / Daniel Nebreda. / Pixabay
el ciudadano español, en general, lleva en su ADN las ganas de socializar; necesitamos hablar, reírnos, saber de los demás  y poder comunicarnos en persona, después de éste largo confinamiento, aún más.
El pulso de la hostelería

Aunque el mes de julio arrancó con unas altas temperaturas, parece que no ha influido negativamente en la facturación teniendo en cuenta que este es un buen mes en general para la restauración, ya que en este periodo pre vacacional se concentran la mayoría de reuniones de distintos colectivos para su despedida, por ejemplo, los profesores, amén de lo agradable que suele ponerse la temperatura por las noches, permitiendo al ciudadano  gozar de las terrazas al aire libre.

Han sido casi tres infaustos meses obligados por la alerta sanitaria, en donde la gran parte de establecimientos de restauración han permanecido cerrados y arruinados, económicamente hablando, teniendo éstos que recurrir (aparte de utilizar los ertes para el personal), a los créditos ICO del gobierno. Esta situación, sin duda, ha hecho disminuir notablemente la cuenta de resultados de negocios del sector, en donde 2020 será su” Annus horribilis”.

En general, los locales de restauración en los ejes más turístico/cultural de las ciudades de interior, están en su mayoría cerrados, o vacíos, y aunque bien es verdad que  hay perspectivas de reactivación por parte de las distintas administraciones, actualmente y contando con éstos dos meses estivales, el aumento del turismo no será de manera exponencial, y habrá que esperar al otoño, siempre pendiente, eso sí, de  la actualidad sanitaria de nuestro país (rebrotes de Covid) para garantizar a los negocios de hostelería y restauración que el ansiado turista, tanto nacional como extranjero, llegue en cantidad suficiente como para poder reabrir sus negocios, sin miedo a una catástrofe económica.

El gran problema del sector es indiscutiblemente el coronavirus, que permanece en la mente de todos, lo escuchamos a diario en radio y televisión, y leemos en toda la prensa las consecuencias sanitarias y económicas que éste virus está causando en todo el mundo, y ahora los rebrotes, que están trayendo incertidumbres e intranquilidad, tanto en los empresarios del sector  como todos los ciudadanos.

Considerando todo esto, hay que añadir que el ciudadano español, en general, lleva en su ADN las ganas de socializar; necesitamos hablar, reírnos, saber de los demás  y poder comunicarnos en persona, después de éste largo confinamiento, aún más. En definitiva, salir a la calle y tomar algo en el bar o restaurante del barrio, del pueblo o de la ciudad. Son tardes de julio, largas y templadas, muy agradables para ello, y la gente quiere despreocuparse de toda la alerta sanitaria y amenizar sus ratos de ocio, en una terraza fresquita (normalmente por la noche)  y con una cerveza (tinto, licor o café) por delante. Hoy España es un país que comienza a levantarse, vivo, basta pasear por los barrios, para ver terrazas -las que están abiertas- llenas por todos lados, no digamos de las poblaciones de costa, ya llegará Agosto con su calor y “cierre vacacional” que más de un establecimiento de ciudades del interior inexorablemente tendrán que utilizar.

Aunque la  situación económica  no está para alegrarse, bien es verdad que el  sector de la restauración no está siendo el más castigado en la actualidad (habrá excepciones, evidentemente), también en éste punto hay que matizar  que el teletrabajo está causando mucho perjuicio, sobre todo al negocio especializado en desayunos, que ha bajado su consumo considerablemente.

Pienso  que no son los hosteleros y restauradores (que han abierto) los que se están llevando en esta época o etapa post-covid la peor parte, y para eso solo hay que acercarse a la zona más comercial de nuestra ciudad y meter la cabeza en muchos negocios de ropa  y calzado.

Si los rebrotes de la Covid19 se controlan, que habrá que ir viendo cómo el gobierno y CCAA lo gestionan, si la vacuna que se anuncia está en unos meses, creo que nos encontraremos un otoño previsiblemente decente, aunque como digo, habrá que estar pendiente de la enfermedad  y actuar responsablemente  en todo lo que esté de nuestra  parte (mascarillas, higiene de manos, distancia social…) para contribuir a que no aparezca y/o se extiendan los posibles brotes. @mundiario

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