Principios y valores morales en la sociedad e ideología política

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Congreso de los Diputados, Madrid / change.org

No están de moda los principios en ciudadanos y empresas. Faltar a la palabra dada no es tan grave. Tampoco es grave no cumplir la ideología en los partidos políticos.

Principios y valores morales en la sociedad e ideología política

No están de moda los principios en ciudadanos y empresas. Faltar a la palabra dada no es tan grave. Tampoco es grave no cumplir la ideología en los partidos políticos.

Los principios son los valores morales de la persona, como hacer el bien o cumplir con las reglas generalmente asumidas. Los principios se van adquiriendo a la largo de la vida. Están en relación con la Ley Natural. Principios de vida en común que cumplimos, como el respeto a las personas o la palabra dada. Los principios pueden ser más o menos de estricto cumplimiento en función de la conciencia de cada uno. Lo que se llama tener “manga ancha”, es decir, cumplir hasta un punto y dejar de cumplir desde allí.

El ser humano debe tener una restricción moral a los impulsos de saltarse los principios de vida. Una persona racional sabe distinguir entre el bien y el mal, y puede ser más estricta que otra en el cumplimiento de los valores. A nadie se le escapa que hay principios de obligado cumplimiento. Nos vienen impuestos; son las leyes dictadas en cada país. Además, el estado se encarga de defender la vida de los ciudadanos, de proteger la propiedad privada, de hacer cumplir los contratos.

Un principio de las familias es su unidad familiar en los buenos y malos momentos. Los componentes de la familia se apoyan unos a otros. Con el cariño demuestran su unión, su principio.

Principios de las empresas

Las grandes empresas (sobre todo las de gran consumo) tienen establecido muy claramente sus principios. Los definen en su “raison d´etre” (razón de ser). Son unas pocas afirmaciones que caben en una tarjeta de visita y debe ser conocida por todos: Principios como la misión de la empresa y su definición filosófica.

El propósito de la empresa, su responsabilidad social con los accionistas, los empleados y los consumidores, están claramente definidas en su “raison d´etre” como se dice en marketing. Como por ejemplo:

> Satisfacer al consumidor con el mejor producto posible.

> La empresa cuidará los derechos de los trabajadores, ofrecerá un salario para llevar una vida digna, fomentará un buen ambiente de trabajo.

> La empresa, integrada en la sociedad, será tremendamente cuidadosa con la polución, el entorno y la ecología.

> La empresa trata de conseguir los mayores dividendos para el accionista.

Distinta será la raison d´etre de un club de golf: seguramente no será “maximizar los beneficios para el accionista”, posiblemente sea:

> Disponer de 18 hoyos bien acondicionados para que el socio pueda disfrutar del deporte en la naturaleza”.

Principios de los partidos políticos

Son las reglas que deben cumplir. Reglas legales como:

> no aceptar sobornos,

> declarar todos los ingresos en su contabilidad.

> -publicar sus cuentas.

> buscar buenos gestores y no mediocres, con salarios bajos (el que quiera buen sueldo lo tiene en la empresa privada) etc.

Veamos otras reglas a cumplir. Valores morales:

> cumplir con su ideología.

> cumplir con los objetivos propuestos en la campaña electoral.

La ideología política es el conjunto de ideas y valores sociales que quieren dirigir, conservar o transformar las instituciones políticas de una sociedad. Las ideologías políticas pueden ser:

> de derechas: conservadoras (mantener el sistema) o reaccionaria (volver al pasado).

> de centro: reformista (transformación paulatina del sistema).

> de izquierdas: revolucionaria (transformación radical del sistema).

Resumiendo: Los partidos políticos, de derecha e izquierda, tienen parte de sus votos seguros. Pero hay un “colchón” de votos que pueden ir a unos u otros. Parece que actualmente el pensamiento de los votantes del colchón de votos no está en el centro; está en la izquierda. Los partidos deben respectar su ideología: No proponer programas electorales en función de lo que se espera del voto del colchón. Es decir, proponer un programa electoral de Política Económica de derecha, por los partidos de derecha y de izquierda por los partidos de izquierda. Los dos grandes partidos no cumplen con su ideología.

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