Podemos descubre el pragmatismo

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. / periodistadigital.com
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. / periodistadigital.com

Su pacto con el PSOE en Castilla-La Mancha significa no solo el primer intento real de confluencia entre quienes hasta ahora tanto han hablado de ella y tan poco la han practicado, sino que además representa un cambio estratégico de política por parte del partido podemita.

Podemos descubre el pragmatismo

El primer acuerdo de gobierno entre el PSOE y Podemos, en la Comunidad de Castilla-La Mancha, contiene más sustancia de lo que se ha reconocido. Significa no solo el primer intento real de confluencia entre quienes hasta ahora tanto han hablado de ella y tan poco la han practicado, sino que además representa un cambio estratégico de política por parte del partido podemita. Ha pasado de pedir todos los instrumentos de control del gobierno en un hipotético gobierno estatal de coalición, en 2015, a aceptar dos puestos en un Ejecutivo autonómico, sin capacidad alguna de actuación: una vicepresidencia y una consejería de nuevo cuño destinada al control del pacto. 

Claro que ahí radica el núcleo del acuerdo. Podemos se desentiende de la gestión diaria en un Ejecutivo que debe cubrir las muchas carencias de una de las comunidades menos desarrolladas, mientras se reserva la acción política más demagógica, corresponsabilizándose de los éxitos y renegando de cuanto tenga coste político que será imputado al socio que dirige la Administración. Para el PSOE regional la solución le permite seguir gobernando hasta las elecciones de 2019.

Por otra parte el acuerdo se ejecuta en una Comunidad alineada con la Presidenta andaluza en su pulso con Pedro Sánchez, evidenciando así el progresivo control de la organización y la claudicación paulatina de quienes fueron sus oponentes. Un éxito importante en su camino hacia el Gobierno nacional.

Dirección y bases de Podemos. / EPCDirección y bases de Podemos. / EPC

 

Podemos también comienza a practicar el pragmatismo en Cataluña, donde la posición ante el pretendido referéndum ilegal cuartea la organización

Podemos también comienza a practicar el pragmatismo en Cataluña, donde la posición ante el pretendido referéndum ilegal cuartea la organización. Según se aproxima la fecha del uno de octubre, aquellos partidos que no desean ser fagocitados por el nacionalismo irredentista, comienzan a desmarcarse como lo están haciendo Ada Colau y Barcelona en Comú.

Es muy significativo el manifiesto firmado por dos centenares de personas vinculadas a este último partido. Para muchas personas que rechazaban la política de los partidos estatales, la deriva nacionalista comienza a ser insoportable además de inútil. Durante las últimas semanas muchas personalidades de la vida cultural o empresarial catalana también han tomado distancias públicas. Falta que esa demanda encuentre representación, pero es evidente que existe y quiere tener voz. Si esa tendencia consigue articular una propuesta, respaldarla organizativamente y transformarla en el eje de la discusión, se abriría un camino para reducir la confrontación artificial entre los gobiernos de Barcelona y Madrid.

No habrá mejor solución para el llamado problema catalán que aquella que nazca de la propia sociedad catalana. El tacticismo de las fuerzas políticas es el que ha creado el problema cuya resolución no vendrá de las grandes reformas como la constitucional, sino de los pequeños pasos de entendimiento y resolución de conflictos. Es la hora de la sociedad civil en Cataluña, y quizás también en el resto de España.

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