Los abuelos transmiten lo que se conoce con el nombre de cultura popular

Personas de distintas edades en un paseo.
Personas de distintas edades en un paseo.

Pocas cosas hay tan tristes  como no saber quién eres, de dónde vienes y no sentirte arraigado en ningún lugar. Si te sientes así, tal vez pueda ayudarte leer lo que sigue.

Los abuelos transmiten lo que se conoce con el nombre de cultura popular

Las  ventajas de la  aldea global que es hoy el mundo, no deben estar reñidas con el conocimiento de lo que tenemos más cerca, de nuestra historia más próxima, de la familia, del lugar en el que nacimos, del barrio.  Los abuelos son el eslabón familiar idóneo para trasladar de forma oral a hijos y nietos este conocimiento,  como siempre se hizo.

El abuelo les hablará de su origen, describirá el lugar en que nació, recordará a sus ancestros y su actividad laboral, con quien se casaron y dónde,  sus descendientes, anécdotas familiares,...., hasta llegar a formar el árbol genealógico.

¡Los refranes y dichos!, expresión sencilla y clara  de la sabiduría popular, que van perdiendo vigencia en las conversaciones por considerarlos sabiduría rancia, pueblerina y de poca monta.

Juegos, cuentos, leyendas, ingenuas canciones infantiles y retahílas de otras épocas -sustituidas hoy por - merecen ser conocidas y recordadas, porque no están reñidas con tabletas, consolas, rap, hip hop, reggae, reggaeton y las series de ficción de hoy, porque a través de aquello hemos llegado  a esto.

En resumen, los abuelos transmiten lo que se conoce con el nombre de cultura popular –es decir, aquello que siente y crea el pueblo, la gente de la calle, nosotros, antes y ahora- y, a través de ella, un valor tan importante como la sensibilidad hacia “lo nuestro”, “lo tuyo”, “lo mío”. Al escuchar a los abuelos estas historias te sentirás orgulloso de pertenecer al lugar en que naciste, a tu barrio, a la ciudad, a tu país; en definitiva, de conocer tu identidad. Es una forma de asimilar y sentir que formamos parte activa de la historia, que somos protagonistas de ella; esta emoción personal impulsará a  niños y jóvenes a transmitirla mañana  a sus hijos y nietos.

Conservar la cultura popular es tan importante como hacerlo con un puente construido por los romanos, un cuadro pintado por  Goya o las obras de Miguel de Cervantes, aunque haya quien piense que es cosa de viejos sentimentales y les suene a ñoño y trasnochado.

Nada más triste que no saber tu origen y el desarraigo de no sentirte de ningún lugar.

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