Pedro Sánchez anuncia la vuelta del PSOE "de izquierdas" contra un PP que "corrompe todo"

Pedro Sánchez con su nueva directiva. / Twitter
Pedro Sánchez con su nueva ejecutiva. / Twitter

En su nueva ejecutiva no hay 'susanistas' pero sí hay guiños al PSC. Los alcaldes de Santa Coloma, Núria Parlon; de Viladecans, Carlos Ruiz; y Paco Boya, constituyen la cuota catalana.

Pedro Sánchez anuncia la vuelta del PSOE "de izquierdas" contra un PP que "corrompe todo"

Pedro Sánchez ha dejado claro que ha vuelto y, de paso, anuncia la vuelta del PSOE "de izquierdas" contra un PP que "corrompe todo". En su nueva ejecutiva no hay 'susanistas' pero sí hay guiños al PSC. Los alcaldes de Santa Coloma, Núria Parlon; de Viladecans, Carlos Ruiz; y Paco Boya, constituyen la cuota catalana.

El secretario general del PSOE ha invitado a los partidos del Parlamento a unirse a él en su proyecto de cambio para el país. "Pongámonos ya en marcha. Proponemos abrir un espacio de negociación y acuerdo con el resto de fuerzas de cambio en el Parlamento", dijo Sánchez. "Trabajaré para conseguir una mayoría parlamentaria que cierre esta etapa negra de gobierno del Partido Popular", advirtió. La idea del madrileño es aliarse con los demás grupos del Congreso a fin de crear una única fuerza que elimine las propuestas del PP.

Esta será la primera vez que los socialistas tengan como protagonista a un líder que no ocupa un escaño en el Congreso. Sánchez intentará sacar a luz todas sus iniciativas en el Congreso pese a que personalmente no tiene derecho a voto en el mismo. El secretario general lanzó también un mensaje a Podemos y Ciudadanos para que superen sus vetos mutuos y trabajen juntos, aunque también dejó una delicada amenaza. "Si continúan los vetos, pediremos a los españoles que con su voto hagan que el cambio dependa de uno: el Partido Socialista", avisó. La multitud respondió eufórica "¡presidente, presidente!".

Pero las palabras de Sánchez tuvieron doble sentido, pues por una parte insistía en el choque de trenes en el Congreso y por otro en la insistencia de celebrar unas elecciones que, al menos a estas alturas, se ven imposibles. "Vamos a volver a ganar las elecciones". El secretario general parece dispuesto a forzar la celebración de nuevos comicios.

El líder socialista, eso sí, ha pasado de referirse a una posible moción de censura como la que Podemos le ha insinuado para después del verano. El reloj de los rojos retrocede hasta 2016: el jefe de la agrupación se pinta a sí mismo como el único candidato capaz de alcanzar un entendimiento entre las "fuerzas del cambio", como las llama él mismo.

Y en su discurso tampoco faltaron las referencias a las que ocuparon los puestos hace seis años. "Me dirijo al 15M para decir que esa demanda de regeneración insatisfecha va a llegar, y vamos a trabajar con ellos para extirpar la corrupción. Somos la izquierda de gobierno, que tiene que hacer las cosas de manera seria, ambiciosa, serena".

Los conflictos internos

Sánchez también se tomó la molestia de criticar las peleas que el partido mismo ha tenido en el Parlamento. "Durante estos últimos tiempos olvidamos quiénes éramos (...). Olvidamos y os levantasteis para decírnoslo: somos el PSOE. El nuevo PSOE se abre paso, el PSOE de siempre, que siempre lideró el cambio y lo vamos a volver a ver ganando las elecciones".

En su discurso no estuvieron presentes ni Susana Díaz ni su equipo más cercano. La mayor parte de la Junta ya puso la nota en la primera jornada del cónclave del partido, cuando se negaron a votar por las medidas que trazarán el futuro del partido rojo. Para las de este domingo, Díaz giró la orden de no apoyar a Sánchez. Como consecuencia, el ascenso de Sánchez al poder es empañado por casi un 30% de votos en blanco. El porcentaje de aprobación del líder cae en un 16% en relación al obtenido en su primer periodo, cuando Díaz sí le apoyó.

El secretario ha intentado calmar las aguas asegurando que su nueva dirección es "paritaria y diversa". No obstante, la realidad refleja otra cosa pues la mayoría de dirigentes son de sus hombres de confianza y apenas ha incluido a sus críticos en ella. Para Sánchez, este Congreso fue más una plataforma de venganza que otra cosa.

De cualquier forma, Sánchez avisa así a qué apunta su partido. Con La Moncloa como destino principal, el líder socialista podría iniciar una revuelta en el Parlamento que, ahora sí, ponga en aprietos al presidente, quien ya pasó sin mayores complicaciones la moción de censura de Unidos Podemos la semana pasada.

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