El País acusa a Holanda de evasión fiscal, que El Confidencial cifra en 22.000 millones

Mark Rutte, primer ministro de Holanda. / Wikipedia
Mark Rutte, primer ministro de Holanda. / Wikipedia
El diario de Prisa sostiene en un editorial que el ordenamiento de Países Bajos desacredita todo discurso de seriedad fiscal, ya que sirve como palanca de desvío de enormes beneficios a paraísos fiscales. Holanda avisó a España de que pactar el fondo de recuperación europeo no será fácil.
El País acusa a Holanda de evasión fiscal, que El Confidencial cifra en 22.000 millones

El influyente diario español El País acusa en un editorial a Holanda de evasión fiscal. El periódico de Prisa sostiene que el ordenamiento de Países Bajos desacredita todo discurso de seriedad fiscal, ya que sirve como palanca de desvío de enormes beneficios a paraísos fiscales.

La evasión fiscal o evasión de impuestos, conocida también como fraude fiscal, es una actividad ilícita en la que se incurre cuando se ocultan bienes o ingresos o se sobrevaloran los conceptos deducibles, con el fin de pagar menos impuestos de los que legalmente corresponden; en este caso a sus socios de la Unión Europea y a terceros.

Se estima, según El Confidencial, que el sistema holandés le cuesta al resto del mundo un mínimo de 22.000 millones de euros anuales en ingresos fiscales evadidos. De hecho, Países Bajos es un puente clave para muchas empresas –algunas españolas– en su estrategia de maximización de ganancias, un clima que le ha ganado la reputación de paraíso fiscal al país.

Lejos de arrugarse ante esta supuesta fragilidad fiscal, el primer ministro holandés, Mark Rutte, no cedió ante el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que busca el consenso para el plan de recuperación económica europea que el próximo fin de semana analizarán los 27 líderes de la UE en su primera cumbre presencial durante meses.

Mark Rutte emplazó a Pedro Sánchez a "encontrar una solución” interna a los corrosivos efectos económicos del coronavirus. El País recuerda al respecto que lo que está históricamente comprobado es que el premier holandés no ha escatimado "innecesarios desplantes de soberbia" contra las economías más débiles del sur y rigorismo nacionalista de signo austeritario contra los avances de la integración europea.

Durante la Gran Recesión y la crisis de la deuda soberana, Países Bajos abogó por la expulsión del euro de los más vulnerables y para combatir la propuesta francesa de un presupuesto de la eurozona, organizó y lideró la llamada Liga Hanseática de Gobiernos nacionalistas y rigoristas. Ahora, tanto él primer ministro de Holanda como su ministro de Hacienda encabezan un frente de cuatro autodenominados frugales contrario a la expansión presupuestaria, el tamaño del paquete de relanzamiento y las condiciones únicamente técnicas para el acceso a los apoyos fiscales.

Según el diario de Prisa, Holanda se apropia de la recaudación que les corresponde a los socios de la UE mediante "un sofisticado sistema jurídico de desvío". Pone como ejemplo la llamada tasa Google a las multinacionales tecnológicas, "de la que recela el Gobierno de La Haya", pues desvía esa recaudación hacia sí, "en provecho directo propio", precisa El País. @mundiario

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