La oposición gallega, atrapada en el modelo de país del PP

Ana Pontón. / Twitter
Ana Pontón. / Twitter
Hemos censurado en MUNDIARIO el discurso de Feijóo pero no podemos ser complacientes con la escasa ambición de los partidos de la oposición, al menos en el debate de la investidura.
La oposición gallega, atrapada en el modelo de país del PP

Si el candidato Feijóo dibujó en su discurso autocomplaciente un país de ensueño, sin problemas, los portavoces de BNG y del PSOE, Ana Pontón y Gonzalo Caballero, en sus respectivas intervenciones se ocuparon de desmontar esa imagen idílica, recordando muchas promesas incumplidas e incluso la pasividad del Ejecutivo ante algunos acontecimientos recientes. Quizás Pontón estuvo más incisiva y Caballero más institucional pero el discurso de ambos fue similar en la denuncia.

Ahora bien, en cuanto a propuestas o planteamientos de futuro, ambos se atuvieron asimismo a repertorios de medidas puntuales muchas veces repetidas. Mostraron la ausencia de una alternativa global, la carencia de visión sobre el futuro de Galicia, más allá de medidas parciales. Es como si la oposición compartiese básicamente la visión del país que propone el PP. Probablemente eso explica los resultados electorales.

Hemos censurado en MUNDIARIO el discurso de Feijóo pero no podemos ser complacientes con la escasa ambición de los partidos de la oposición, al menos en el debate de la investidura. Sin ideas sobre la aplicación de los fondos europeos, alejados del músculo empresarial, del pensamiento creador, de la voluntad competitiva. Si el candidato desgranó varias decenas de medidas, en general de alcance limitado, sus opositores aún citaron menos propuestas y en ocasiones más etéreas.

Aceptan ambos grupo opositores la creación de una comisión parlamentaria para la reconstrucción, abocada a una disyuntiva: ratificar lo que proponga el Gobierno o levantarse de la mesa. La sociedad civil gallega, profesionales, autónomos, comerciantes, pymes y demás en toda su heterogeneidad no van a participar. Reducir la sociedad al debate parlamentario entre partidos, solo le conviene a quien tiene la mayoría.

En el debate de investidura, tras doce años de gobierno continuista, además de desmontar la falsa imagen propuesta por el Gobierno, la oposición debería haber planteado una enmienda a la totalidad, un proyecto de país distinto, más competitivo, más proyectado hacia fuera, más orientado a sacar partido de nuestra singularidad en otros mercados y foros, más involucrado en los principales asuntos europeos y españoles. Un país que pueda pasar de la emigración del talento a la exportación del valor añadido producido aquí por dicho talento. Capaz de extraer riqueza de nuestros nichos conocidos pero sobre todo de nuestra mayor riqueza, el capital humano.

Un país adaptado y al frente del dinamismo urbano, de la creatividad y el diseño, de las nuevas tendencias culturales y artísticas, en el que se puedan reconocer las generaciones jóvenes, tan distintas de la imagen anacrónica que refleja la TVG.

Nada de ello se escuchó en la Cámara y por ello no podemos ser optimistas. Tendremos cuatro años más de lo mismo y escucharemos reiterar debates ya sabidos. Lamentablemente, la política gallega ocupa una esfera muy aislada de la vida  económica y social en su sentido más lato y sólo percibe el eco de los problemas. Sufrimos las consecuencias de decisiones tomadas en otros lugares, llámense Madrid, Pittsburgh o Bruselas pero no hemos conseguido influir previamente, crear lobby, integrar visiones. Quejarse es normal pero construir debiera ser prioritario. @mundiario

Comentarios