La OPEP y sus aliados posponen una reunión clave sobre la crisis del mercado petrolero

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El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin / xataka.com
Los saudíes inundaron el mercado de petróleo, tanto así, que ahora existe una sobreoferta mundial que tiene millones de barriles de crudo estancados en tierra y mar.
La OPEP y sus aliados posponen una reunión clave sobre la crisis del mercado petrolero

El cartel que maneja el monopolio del recurso más poderoso, lucrativo, útil, y por ende, preciado, de la Tierra, está en una crisis operativa y logística sin precedentes por el shock que generó en el mercado y la economía mundial la agresiva pandemia del coronavirus. 

Y es que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y Rusia manifestaron este sábado que desean reanudar sus conversaciones para examinar una respuesta de gran alcance al hundimiento del mercado del oro negro debido a la pandemia y a una guerra de precios, pero la reunión programada para el lunes se aplazó al jueves.

Desde principios de marzo, Arabia Saudí le declaró una guerra de precios a Rusia como estrategia para no perder sus inventarios de crudo y venderlos en el mercado a precios del 20% de descuento con el objetivo de captar toda la demanda mundial y canalizar los flujos de capital que Moscú tenía en la mira. Riad lo logró con una ambiciosa inyección de 1 millón de barriles nuevos de crudo para totalizar una producción de 12 millones de barriles diarios que exportó y distribuyó antes de que se produjera el cierre en las rutas de comercio mundial por la expansión de la pandemia. 

Los saudíes inundaron el mercado de petróleo, tanto así, que ahora existe una sobreoferta mundial que tiene millones de barriles de crudo estancados en depósitos en tierra y en buques estacionados en el mar a la espera de que el comercio mundial se reactive y los países consumidores vuelvan a demandar petróleo, pues las cuarentenas y períodos de aislamiento social en los que han puesto a su población prácticamente paralizaron toda la circulación de los sistemas de transporte público y privado alrededor del mundo, que se mueve en un 95% con gasolina pese a la innovación de los autos eléctricos. 

Esta cita extraordinaria, que se realizará por videoconferencia, debería permitir discutir una reducción masiva de la producción, hasta 10 millones de barriles por día (mbd), un volumen mencionado por el presidente ruso Vladimir Putin el viernes.

Esto implica que la oferta mundial disminuirá con el objetivo global de parar la inyección desmedida de petróleo y que los países, empresas estatales y transnacionales del oro negro incurran en elevados gastos por mantenerlo estancado en el mar y en tierra a la espera de que el mercado vuelva a operar una vez que el planeta retome la normalidad de su dinámica económica y social, hoy bajo anestesia por la agresiva pandemia de Covid-19 que tiene infectados a 182 de los 194 países que existen.

Sin embargo, el marco y el objeto de las negociaciones siguen sin ser detallados y la reunión finalmente se aplazó hasta el jueves, según el gobierno azerbaiyano. "Opep nos informó del aplazamiento. No conocemos las razones", declaró el sábado a la agencia AFP la portavoz del ministerio de Energía, Zamina Aliyeva.

Por su parte Opep no formuló observaciones sobre esta información pero, ese mismo día, una fuente cercana a la organización afirmó antes que la reunión se celebraría "más tarde en la semana". El problema de fondo es que la falta de consenso en el bloque por los impases diplomáticos y las pugnas geopolíticas de las tres potencias petroleras y energéticas del mundo: EE UU, Rusia y Arabia Saudí, ponen en entredicho la capacidad del organismo para controlar el suministro y administración del recurso que hoy por hoy sostiene a casi todo el sistema económico mundial. 

Un intercambio fogoso entre Arabia Saudita, líder de la Opep, y Rusia, que no es miembro de la organización sino un socio externo, precedió al aplazamiento de la cumbre, ya que ambos países se acusan mutuamente de haber frustrado de manera espectacular sus conversaciones anteriores hace un mes en una negativa de Rusia al acuerdo de reducción de la oferta para evitar un desplome de los precio, lo que llevó a los saudíes a iniciar una guerra comercial petrolera que terminó por hundir el mercado, saturarlo de sobreoferta con una demanda casi nula y llevar la cotización del hidrocarburo a niveles no rentables de hasta 20 dólares por barril cuando su costo promedio de producción es de 15 dólares por barril. @mundiario

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