La OMS asegura que la pandemia de Covid-19 está “lejos de haber terminado”

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La epidemióloga Maria Van Kerkhove, jefa de la comisión técnica de la OMS para el control de la pandemia de Covid-19 / WHO.org
La política sanitaria global ahora está complementada con la económica para así lograr un equilibrio adaptado a la necesidad social de preservar la salud y al mismo tiempo cuidar los medios de subsistencia diaria.
La OMS asegura que la pandemia de Covid-19 está “lejos de haber terminado”

Un ciclo biológico tan agresivo como el que hoy sacude a la humanidad y que se ha posicionado como la tercera crisis global más devastadora de la historia, se originó con mucha rapidez y aleatoriedad, pero su erradicación es más difícil de lo que se creía, pues no se le pone freno a la volatilidad de un microorganismo destructivo con tan solo aplicar medidas básicas de contención, sino mediante la inmunización eficaz, que es la prioridad del mundo actualmente, pero mientras llega la panacea, hay que mantener la estrategia epidemiológica defensiva.

Y es que la Organización Mundial de la Salud advirtió de que la covid-19 "está lejos de haber terminado", así lo dijo Maria Van Kerkhove, responsable de la gestión de la pandemia designada por el organismo.


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Esto implica que la autoridad sanitaria global busca inducir una dosis de realismo y de adaptación social al contexto de salud pública que hoy enfrentamos, pues solo así se producirá el acoplamiento de la dinámica del sistema de vida a esta llamada nueva realidad que prevalecerá por un período estimado de dos años, es decir, hasta 2022, según los pronósticos del organismo mientras llega una vacuna segura y eficaz para iniciar el proceso de inmunización mundial. 

En una entrevista con la agencia AFP desde la sede de la OMS en Ginebra (Suiza), la científica estadounidense instó a la gente a “estar mentalmente preparada porque el coronavirus estará entre nosotros durante un tiempo”.

Entonces, resulta imperativo que la humanidad entre en un nuevo estado psicosocial basado en la percepción generalizada de que esta es una crisis transitoria y que originará un proceso de evolución dentro de la conducta colectiva por el enorme costo social y humanitario que ha tenido a lo largo de estos siete meses de pandemia, deterioro poblacional, crisis económica, confinamiento y paralización de las interacciones sociales comunes.

La funcionaria también advirtió que “los desacuerdos en la ciencia y en la política hacen todavía más difícil el combate al virus”, que ya deja 1,09 millones de muertos y más de 38,5 millones de contagios en el orbe, de acuerdo con el recuento de la AFP.

Es evidente que esta crisis es un problema o alteración multisistémica que ha generado confrontaciones entre los dos sectores que tienen el control, la gestión logística y el dominio financiero-público de la emergencia actual. La ciencia no permite injerencias de la política, pero esta busca la mayor intromisión posible para obtener rédito y apoyos masivos que garanticen la consolidación de los grupos de poder en los Gobiernos y en los procesos políticos de cada país según sus respectivas características, sobre todo en las grandes potencias que más influencia tienen en la gestión de la pandemia, como Estados Unidos, China, la Unión Europea, Reino Unido, Rusia y Brasil. 

El director de la Oficina para Europa de la OMS, Hans Kluge, anunció que "el número de casos diarios aumenta, los ingresos en los hospitales también. El covid es ya la quinta causa de muerte y se ha alcanzado el nivel de 1.000 muertos por día".

Los sistemas sanitarios de esta región, que durante décadas ha sido el paradigma del desarrollo humano moderno en Occidente, están hasta el tope. Aunque los mecanismos de inversión de la Unión Europea se ha concentrado más que todo en inyectar créditos a empresas y liquidez a las poblaciones en forma de subsidios para evitar paralizaciones del sistema de subsistencia por la merma del consumo y el desempleo, no ha habido flujos de capitales orientados a la ampliación de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de Europa.

Según sus proyecciones, la OMS advirtió que “podría llegarse a un nivel de mortalidad cuatro o cinco veces superior al de abril si las restricciones se levantan de manera prematura”.

Por lo tanto, aunque la UE apoya la nueva posición de la OMS de no aplicar confinamientos masivos que paralicen todo el funcionamiento de los países europeos, sí es necesaria la implementación de cuarentenas selectivas para debilitar las cadenas de transmisión, pues el viejo continente ya ha entrado en la segunda ola de la pandemia tras la reactivación de la vida social en los grandes centros de consumo de los países de la eurozona; Ámsterdam, París, Berlín, Madrid y, fuera de ese espacio, Londres. 

“Los países están desesperados por la recesión que provoca la pandemia y la forma que afecta la vida social y cultural, los deportes, el mundo laboral, los sistemas de salud y hasta las campañas electorales”, de acuerdo con la nueva posición abierta de la OMS para justificar su rechazo a los confinamientos en bloque. 

Claramente, evitar la supresión de las sociedades, la destrucción del consumo, el deterioro de los medios de subsistencia y la reducción de las riquezas en los países desarrollados es el principal objetivo de aquellas naciones que reactivaron sus economías a expensas de un estallido de rebrotes de Covid-19. Todo parece indicar que están dispuestas a pagar el costo social de esas decisiones premeditadas para adaptarse a funcionar y a vivir con el contexto sanitario actual. 

"El tiempo apremia y todo el mundo debe hacer lo necesario para evitar los devastadores efectos sociales, económicos y sanitarios de un confinamiento generalizado", dijo este domingo la comisaria de Salud de la Unión Europea, Stella Kyriakides.

La política sanitaria global ahora está complementada con la económica para así lograr un equilibrio adaptado a la necesidad social de preservar la salud y al mismo tiempo cuidar los medios de subsistencia diaria que tienen las familias en todo el planeta. 

“La posibilidad de un nuevo confinamiento total es algo que Europa no se puede permitir”, según la OMS. Esto se debe a que una segunda ola de la recesión o un nuevo ciclo de caída de la demanda y el consumo podría duplicar las proyecciones de contracción de la economía europea hasta incluso un -14% del PIB en medio de una recesión global que cerrará el año con -3% de caída del PIB, según el Fondo Monetario Internacional. 

"No podemos mantener de forma duradera un confinamiento como el de marzo, que fue un parón. La presión y los daños colaterales en la gente fueron demasiado altos", dijo Kluge.

Los cierres de las sociedades nunca han sido ni serán sostenibles a largo plazo, pues la naturaleza misma de los ciclos económicos genera que inevitablemente se reactiven los sistemas de producción para satisfacer las demandas de consumo, ingresos y bienestar socioeconómico de las poblaciones a nivel mundial. Ninguna pandemia podrá frenar totalmente ese elemento del ciclo económico global. @mundiario 

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