La OMS advierte a los países que eviten recortar la cuarentena por la volatilidad de la pandemia

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Un joven caminando al trabajo en París, Francia, durante plena pandemia de coronavirus / Euronews.
El paradigma científico posmoderno intenta encontrar ese complejo equilibrio entre salud y economía, pues las élites políticas de los países desarrollados han instaurado un falso dilema entres salvar la economía o salvar vidas.
La OMS advierte a los países que eviten recortar la cuarentena por la volatilidad de la pandemia

El nuevo estado social en el que se encuentra la humanidad en medio de esta etapa histórica de inesperados cambios en la dinámica del sistema de vida, se basa principalmente en buscar y asegurar la supervivencia colectiva mediante el paradigma de la salud pública, que es puesto en riesgo cada vez que la bioseguridad no es acatada por una población debido al shock económico que ha generado la pandemia de Covid-19 y, por ende, el desgaste social que eso conlleva.

Y es que el director europeo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Kluge, advirtió este pasado jueves a los Gobiernos nacionales que eviten recortar los períodos de cuarentena para “las personas potencialmente expuestas al coronavirus”. Sin embargo, reconoció que hay “fatiga social” por la pandemia de Covid-19, lo cual, desde su óptica, está creando cada vez “más resistencia pública a las medidas necesarias para controlarla”.


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Esto implica que en la región más desarrollada del planeta podría comenzar a aplicarse un esquema epidemiológico basado en la contención de los grupos de riesgo con el objetivo de que la actividad social no tenga mucha dinámica o inserción de las franjas poblacionales vulnerables a la pandemia, como lo son las personas mayores de 60 años. La admisión del organismo sobre el impacto social que han tenido las medidas restrictivas es otro obstáculo que debe canalizar para motivar a la población en toda la región y en el resto del mundo a adoptar las medidas de bioseguridad como un nuevo elemento de la cotidianidad.

“Incluso una pequeña reducción en la duración de la cuarentena podría tener un efecto significativo en la propagación del virus, que volvió a tasas alarmantes de transmisión en Europa este mes”, enfatizó el doctor belga Hans Kluge.

Entonces, la clave de la fase actual en la gestión global contra la pandemia está en no gradualizar los controles sanitarios y epidemiológicos para que la vida social no vuelva a ser trastocada y ese efecto dominó perjudique aun más la economía, cuyo estado de recesión mundial también ha contribuido al desgaste social incluso en los países desarrollados.

Kluge insistió en que “los países sólo deben reducir el período estándar de cuarentena de dos semanas si está científicamente justificado. Se deben convocar discusiones científicas sobre el tema si fuera necesario”.

Por lo tanto, también debe generarse una conexión estrecha entre la comunidad científica y la comunidad política internacional con el objetivo de coordinar estrategias enfocadas en el equilibrio de la actividad social, con la salud pública vigilada para evitar nuevos colapsos por nuevas cadenas de transmisión y al mismo tiempo impedir nuevos focos de crisis socioeconómicas en ciudadades y regiones de cada país como los que surgieron durante el inicio de la pandemia en marzo. 

“Europa, cuyas 53 naciones forman parte de la OMS, registró más de 300.000 casos confirmados de coronavirus en la última semana y más de la mitad de los países informaron un aumento de más del 10% en los casos en las últimas dos semanas. De esos países, siete tuvieron más del doble”, dijo el epidemiólogo. 

Aunque el viejo continente ya no es el epicentro de la pandemia, aún no ha sido completamente descartado el riesgo de que el máximo foco de propagación de la Covid-19 retorne en algún punto del territorio europeo, pues los desbloqueos internos de las economías más urbanizadas y dependientes del sector servicios en la región, como España y Francia, originaron nuevos rebrotes focalizados que iniciaron el segundo ciclo de la pandemia en sus poblaciones.

“Estas estadísticas deberían ser una llamada de atención para todos nosotros”, alertó Kluge. En este punto, la OMS busca que Europa sea un patrón global en la gestión epidemiológica para que la humanidad y la comunidad científica internacional vean en la región un modelo de neutralización y supresión social de los contagios mientras dura el camino rumbo a la tan esperada vacuna.

El funcionario pidió “coherencia regional” y dijo que “la respuesta de Europa ha sido eficaz cuando ha sido rápida y resuelta”, pero advirtió de que “el virus ha demostrado ser despiadado cada vez que prevalecen el partidismo y la desinformación”.

Esta declaración deja entrever que la autoridad sanitaria global busca instaurar una cultura de salud orientada al unionismo humano para desplazar la politización que muchos gobiernos radicales y autoritarios, e incluso la mercantilización de grandes corporaciones, han hecho para obtener algún lucro de esta crisis mundial.

La semana pasada, Francia redujo el tiempo de cuarentena requerido para las personas posiblemente expuestas, de 14 a siete días, diciendo que muchas personas no observaron el período completo de dos semanas de todos modos, según reseñó la agencia Associated Press.

Al ser la principal economía de Europa junto con Alemania, Francia ha tenido que reactivar su dinámica interna para evitar que se produzca una reacción en cadena de la ingobernabilidad política y social que pudiera generarse si el malestar civil se extiende en el país galo por la prolongación del confinamiento debido a las consecuencias económicas que esa medida tiene en un país tan desarrollado.

Katie Smallwood, una oficial de alto rango para emergencias de salud de la OMS en Europa, dijo que su recomendación de que las personas se pongan en cuarentena durante 14 días después de una posible exposición se basa en “la comprensión de la agencia sobre el período de incubación del virus y los patrones de transmisión”.

Esto implica que la filial del organismo sanitario en la región europea ha comprendido nuevos patrones del ciclo biológico del coronavirus para así rediseñar y consolidar su estrategia epidemiológica tomando en cuenta los factores sociales y económicos de las medidas necesarias para mantener a raya la pandemia mientras llega la vacuna de aquí a 2022.

“Sólo revisaríamos eso sobre la base de un cambio en nuestra comprensión de la ciencia y hasta ahora ese no es el caso”, afirmó la experta.

El paradigma científico posmoderno intenta encontrar ese complejo equilibrio entre salud y economía, pues las élites políticas de los países desarrollados han instaurado un falso dilema entres salvar la economía o salvar vidas, lo cual es absolutamente insostenible por el simple hecho de que sin estabilidad en el sistema de vida, no hay economía que pueda funcionar o existir en normal plenitud.

“Varios países estaban analizando reducir sus períodos de cuarentena requeridos, una medida que no está respaldada por la OMS”, acotó Smallwood.

En el extenso clímax de este ciclo biológico que tiene en reinvención y readaptación a nuestra civilización, la clave para superar un evento natural tan abrupto como este, radica en que la humanidad se desprenda de los conflictos políticos perennes y trabaje de forma mancomunada por la supervivencia de una nueva era que promete traer grandes cambios en todas las dimensiones existenciales posibles. @mundiario

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