México expresa su apoyo a la nueva política migratoria de Biden en EE UU

Inmigrantes mexicanos en una protesta en Estados Unidos. / BBC
Inmigrantes mexicanos en una protesta en Estados Unidos. / BBC
El mandatario mexicano aplaudió el plan de Biden de dar la ciudadanía estadounidense a 11 millones de inmigrantes y de detener la construcción del muro fronterizo. 
México expresa su apoyo a la nueva política migratoria de Biden en EE UU

Derribar muros y construir puentes. Esa es la premisa de la nueva Administración que gobernará las relaciones de la mayor potencia mundial con sus países vecinos y aliados por los próximos cuatro años. A eso ha llegado un nuevo presidente a la Casa Blanca, sobre todo, en una relación tan especial, histórica y estratégica entre dos naciones hermanas en la enorme América del Norte. 

Y es que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha manifestado este jueves que apoya y celebra la nueva política migratoria que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, selló y bautizó el miércoles después de su toma de posesión con una orden ejecutiva que autoriza la suspensión inmediata de la construcción de un tramo de 700 kilómetros del muro de hormigón que divide la frontera mexicana-estadounidense. El nuevo líder de la nación más poderosa del mundo no quiere que su país siga frenando el paso de los migrantes mexicanos tras los cuatro años de nacionalismo, xenofobia y políticas antimigratorias de Donald Trump.

Ahora las relaciones entre Washington y Ciudad de México serán más calmadas, sin tensiones diplomáticas y sin las amenazas divisivas que el expresidente Trump lanzaba constantemente a López Obrador, tales como; profundizar la política de separación de niños migrantes de sus familias en la frontera y acelerar la construcción del muro. Aunque Trump no lo comunicara directamente a México, sus acciones, sus decisiones y su retórica hablaban por sí solas y daban ese mensaje aislacionista en un evidente sesgo antidiplomático.

Los cambios migratorios de la era Biden

Pero el sol ha salido de nuevo en Estados Unidos con la esperanza de que el limbo legal en el que han permanecido por una década los millones de migrantes sin documentos, acabe para siempre. El gesto de Biden de derribar, literalmente, el ‘muro trumpista’ es una señal de que su Administración se concentrará en allanar el camino político, legislativo y logístico para legalizar el estatus de los latinos, asiáticos, árabes y otras culturas más que integran la diversa comunidad migrante no registrada en las bases de datos estadounidenses.


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Por esa razón, el mandatario mexicano aplaudió el plan de Biden de dar la ciudadanía a 11 millones de inmigrantes y de detener la construcción del muro fronterizo. “Lo vemos muy bien, no tenemos nada que objetar”, ha dicho este jueves López Obrador en su acostumbrada conferencia de prensa matutina.  

Todo parece indicar que el restablecimiento de la emblemática relación México-EE UU, que Trump convirtió más en una plataforma de propaganda política que en una gestión de diplomacia por el bienestar estratégico de ambos países, que son grandes aliados comerciales, volverá ganar fuerza por la vía de la reapertura de la migración, ordenada y legal, que comienza a hilvanar Joe Biden como parte de su estrategia de construcción de la nueva prosperidad económica estadounidense con el aporte del capital humano mexicano.

La gran promesa incumplida de una reforma migratoria

El presidente mexicano ya había dicho horas antes de la investidura de Biden que era “importante que regresara a la agenda bilateral la promesa de una reforma migratoria”. Aunque el expresidente Barack Obama la perfiló como la gran promesa de su Gobierno, nunca logró las condiciones políticas y legislativas para hacerla realidad, con lo cual, llegada la era Trump, esa urgencia pública socioeconómica para los mexicanos quedó en el aire y es un asunto pendiente que México ha perseguido por más de 20 años con la esperanza de lograr una estabilidad en las vidas de sus ciudadanos radicados en EE UU. Es por eso que ha visto como absolutamente prioritario que los más de 38 millones de personas de origen mexicano que viven en Estados Unidos tengan una solución legal para ellos y sus familias en el vecino país. 

Su homólogo estadounidense demostró, sin amagos como en algún momento hizo Trump, que está dispuesto a ayudar a los mexicanos al anunciar el miércoles que se reanudará la protección a los dreamers (los migrantes que llegaron a EE UU siendo niños) como se conoce la iniciativa que impulsó Barack Obama (DACA; Programa de Acción Diferida, por sus siglas en inglés) para abrir un camino a la ciudadanía para los jóvenes indocumentados que migraron cuando eran menores de edad y que sepultó Trump a través de su influencia política en los jueces conservadores y nacionalistas que él mismo puso en la Corte Suprema de Justicia. 

La aparente costumbre o tendencia social instintiva de migrar a EE UU que los mexicanos llevan en su idiosincrasia, será ahora respaldada política, legal y administrativamente por el Gobierno de Joe Biden mediante el esperado reforzamiento de las alianzas de Washington con México en pro de la recuperación del desarrollo económico, comercial, laboral, industrial y tecnológico de ambos países. @mundiario

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