La memoria humana y la robótica: ¿te dejarás sincronizar?

Robótica. / Popular Science
Robótica. / Popular Science

Las redes amplían esta caja de angustia, o de sorpresa. Pero no entendemos que lo que vendrá es más potente aún: el internet de las cosas y el internet oscuro. Con el internet de las cosas nuestros aparatos estarán enchufados a un cerebro que les dirigirá convirtiendo su ausencia física en presencia física. Estarán merodeando nuestra privacidad.

La memoria humana y la robótica: ¿te dejarás sincronizar?

“Existirás mientras alguien te recuerde”. Dolores a Bernard en la serie WestWorld.

La memoria siempre ha sido un núcleo en la despensa de los humanos. Ella nos confiere unidad y explicación de nuestros orígenes, de los compromisos con nuestros ancestros y de las lecciones de experiencia que nos influyen. Para otros autores muy dados al término Memoria colectiva esta parece guiarnos como sociedad, y a veces aparece fragmentada por odios raciales, o banderas, o inclusive la vendetta italiana en la casa común que es La Mafia.

En West World encontramos ejemplos de memoria, es un acercamiento imaginativo de sus autores para responder como funciona en los robots. En ellos vemos líneas de código que se superponen y algunas son actualizadas desde un Big Data central. En el caso del indio Akecheta su memoria por un fallo de conexión informática no ha sido actualizada y contiene en él la verdadera memoria, la antigua. Es quien más se parece a cómo vivimos la memoria los humanos, donde antiguas experiencias emotivas se superponen produciéndonos corrientes de miedo, simpatía o angustia.

La revista Squire nos dice que: “Maeve (una de las protagonistas principales) tiene constantemente en la cabeza las imágenes de su anterior vida en el campo con su hija pequeña, y también el momento en el que todo se fue a tomar viento. Por culpa de ese recuerdo, inicia su cruzada a través del caótico parque. Por otra parte tenemos a Dolores, cuyos dolorosos recuerdos (las torturas del Hombre de Negro, la repetida muerte de su padre) parecen ser la motivación detrás de sus ansias vengativas”.

Ambas memorias la humana y la robótica están siendo sincronizadas a una memoria colectiva: la Inteligencia Artificial. Ambas sufrirán en los próximos años una degradación de su uso personal por su conexión a la red. Google está en la base de la conexión neuronal ampliada que informa pero a la vez instrumentaliza nuestros comportamientos. Las redes amplían esta caja de angustia, o de sorpresa. Pero no entendemos que lo que vendrá es más potente aún: el internet de las cosas y el internet oscuro. Con el internet de las cosas nuestros aparatos estarán enchufados a un cerebro que les dirigirá convirtiendo su ausencia física en presencia física. Estarán merodeando nuestra privacidad.

La internet profunda o Dark Web, según algunos esta el 96% de la información de la red y allí “puedes encontrar contenido de todo tipo, tanto contenido digamos “limpio” (bases estadísticas, datos sobre investigaciones, repositorios de revistas especializadas, informes financieros de empresas) como contenido que se encuentra deliberadamente oculto y que otorga un anonimato que es buscado por aquellos que no quieren enseñar la actividad que realizan en Internet”. 

Entre ambos mundos la neuronal ampliada (Google o las redes) y el Dark Web esta la futura memoria robótica, mientras la humana padece una transición hacia esa sincronización, podríamos denominarla “espiritual o de la época”.

Muchos nos preguntamos, si esta civilización no es espiritualmente aterradora. Solo la respuesta proviene desde los próximos actores, para intentar comparar, ¿nuestros mares se llenarán de plásticos microscópicos y eliminarán a los peces o los humanos reaccionaremos? El mismo conflicto aparece: ¿el Big Data nos dominará o le desconectaremos parcialmente con cortafuegos estableciendo muros que protejan nuestra privacidad?

Tal vez estamos fracasando, hoy las mujeres hacen huelga, sin entender el próximo escenario tan aterrador que es trasversal y nos une en la lucha a mujeres, hombres y peces.

Y el mundo que vendrá no puede ser entendido sin la lucha entre los ricos y los superricos, pero la serie de artículos se ha acabado por ahora. @mundiario

Comentarios