Para la mayoría absoluta de Núñez Feijóo este 12-J fue necesaria una gran abstención

Alberto Núñez Feijóo. / Mundiario
Alberto Núñez Feijóo. / Mundiario

Cuando el PSOE ganó y fue primera fuerza en 2019, Alberto Núñez Feijóo vio que en Galicia había mayoría progresista si la participación era alta. Por lo tanto, la abstención era sinónimo de opciones de gobierno para la derecha: ésa era la clave. Hubo una gran abstención y mayoría absoluta.

Para la mayoría absoluta de Núñez Feijóo este 12-J fue necesaria una gran abstención

El 11 de febrero. el presidente de la Xunta. Alberto Núñez Feijóo, convocó elecciones exprés para el 5 abril, la fecha marcada por el nacionalista vasco Urkullu. Pero ese no sería el destino electoral gallego ni vasco. Llegó la crisis de la Covid-19 y la realidad cambiaría el 13 de marzo cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el estado de alarma, y tras él, Feijóo anunció el estado de emergencia sanitaria para Galicia.

El 18 de marzo, mediante el decreto 45/2020, se dejó sin efecto la celebración de las elecciones al Parlamento de Galicia del 5 de abril, a consecuencia de la crisis sanitaria derivada de la Covid-19. En este mismo decreto, en concreto en el artículo 2, el Presidente de la Xunta firmaba textualmente lo siguiente: “La convocatoria de elecciones se activará una vez levantada la declaración del estado de alarma y de emergencia sanitaria”. Sin embargo, el 18 de mayo, estando Galicia en estado de alarma y emergencia sanitaria, Feijóo convocó unilateralmente las elecciones para el 12 de julio, sin acuerdo de los partidos y en medio de la desescalada nacional de la pandemia.

Feijóo, que no tuvo reparos en echar mano de la CRTVG para cuestionar la gestión estatal de la pandemia y confrontar con el Gobierno de España bajo un simulado tono moderado, prefirió convocar rápidamente y romper con el decreto 45/2020 para apresurar la convocatoria electoral. Así, convocó las elecciones en estado de emergencia sanitaria en Galicia, consciente de que en abril la mayoría progresista estaba movilizada para poder echarle un pulso electoralmente, y sabiendo que unas elecciones en julio harían caer la participación, y más con la Covid-19.

Con los datos de recuento de los votos en territorio gallego el domingo del 12-J, la participación cayó hasta un 58%, cinco puntos menos que en las gallegas de 2016, cuando ya había sido relativamente baja. Una vez contabilizado el voto exterior la caída de la participación se hizo más evidente: con los datos definitivos publicados en el DOG el número de votantes en las elecciones gallegas fue de 1.320.955 de un total de 2.697.490 electores. Así que la abstención superó el 51%. Más de la mitad de los gallegos y gallegas con pleno derecho a voto no acudieron a votar.

La clave estaba en la abstención

Feijóo vio en 2019 que en Galicia había mayoría progresista si la participación era alta, y por lo tanto la abstención era sinónimo de opciones de gobierno para la derecha: ésa era la clave.

Cuando la participación superó en Galicia el 70% en las generales de abril del año pasado, el PSOE ganó y fue primera fuerza política en Galicia. Pero cuando la participación bajó en 340.000 votantes respecto a las generales de abril del 2019, vemos cómo muchos votantes socialistas se quedaron en casa y las opciones progresistas se redujeron.

Ahora que Donald Trump habla de cambiar las fechas electorales en EE UU, resulta oportuno subrayar que en Galicia ya tuvimos una experiencia. ¿Buscaba Feijóo una baja participación para no hacer frente a una mayoría de progreso en las urnas? ¿Puso él la fecha electoral del 12-J para tener una abstención histórica y así más opciones de gobernar?

El resultado electoral es legítimo y válido, y la derecha ganó con claridad. Pero la participación fue la más baja  junto con las primeras elecciones de la autonomía del año 1981 y con ello se sostuvo la mayoría del PP en Galicia. La moraleja nos indica la importancia –hoy más que nunca con una reconstrucción por delante– de ejercer el derecho al voto, ya que es ahí donde podemos cambiar el futuro de nuestra tierra. @mundiario

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