La Marcha Radetzky y su gran tradición de palmas en el Concierto de Año Nuevo 2019

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Christian Thielemann director de la Filarmónica de Viena. / El País

Dirigida por Christian Thielemann, la Orquesta Filarmónica de Viena ha culminado el Concierto de Ano Nuevo 2019 con la ya tradicional interpretación de la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, acompasada por las palmas del entusiasmado público a las ordenes de su director. Todo un espectáculo de sonoro “glamour”.

 

La Marcha Radetzky y su gran tradición de palmas en el Concierto de Año Nuevo 2019

Una gran tradición en el Concierto de Año Nuevo es el palmeo acompasado del público en la Marcha Radetzky, de Johann Strauss padre, con la que siempre se termina bajo las indicaciones del director de orquesta.

En el pasado el público actuaba de forma más libre y natural. Por la grabación radiofónica del concierto dirigido por Clemens Krauss, en 1954, sabemos que el público reaccionaba con aplausos al escuchar sus composiciones favoritas, y obligaba a la orquesta a parar y volver a empezar. Sin embargo, nunca palmeaba de forma acompasada durante la música. Esta tradición se inició en la época de Willi Boskovsky en los sesenta, cuando se estableció definitivamente la Marcha Radetzky como final del concierto. La tradición continuó con Lorin Maazel en los ochenta y adquirió carta de naturaleza definitiva cuando hasta el mismísimo Herbert von Karajan se volvió al público en 1987 para dirigirlo.

El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena siempre se celebra en la capital austríaca. Durante trescientos años ha contado con la actividad de los principales compositores: Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms, Bruckner, Mahler o Schönberg. Y un entorno ideal para el desarrollo del vals y la opereta que representan la familia Strauss. Es el principal evento mediático de la música clásica con una media de 50 millones de espectadores en más de 90 países de todo el mundo. Tiene 79 años de historia con una de las mejores orquestas del mundo, la Filarmónica de Viena y este año con un destacado director el berlinés Christian Thielemann. Lugar idílico la ciudad de Viena considerada como la capital mundial de la música en la excepcional acústica de la Sala Dorada de su Musikverein, y con un atractivo programa de piezas breves y ligeras de la familia Strauss con añadidos de algunos compositores coetáneos.

Pero este Concierto es mucho más, es una belleza musical de alta calidad con refinados adornos florales, sublimes escenas de ballet con coreografías y vestuarios, una riqueza documental para los sentidos y que en manos de los elegantes músicos de la Orquesta y la técnica talentosa de los directores nos adentran en el mundo de la música más culta y refinada. FELIZ AÑO 2019!! @mundiario

 

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