La mala gobernanza del medio ambiente puede contribuir al estallido de los conflictos

Medio ambiente. / Pixabay
Medio ambiente. / Pixabay

También puede alimentar y financiar los conflictos existentes y agravar el riesgo de recaída. Por el contrario, hay muchos ejemplos que demuestran que los recursos naturales pueden servir de catalizadores para promover la cooperación pacífica.

La mala gobernanza del medio ambiente puede contribuir al estallido de los conflictos

El mundo comenzó a aplicar este año la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La Agenda 2030, que establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible universales e interdependientes, es un modelo transformador en pro de la paz, la prosperidad y la dignidad para todos en un planeta saludable. Para que esta visión se haga realidad, debemos reconocer nuestra obligación de proteger el medio ambiente en tiempos tanto de paz como de guerra.

La mala gobernanza del medio ambiente y los recursos naturales puede contribuir al estallido de los conflictos. También puede alimentar y financiar los conflictos existentes y agravar el riesgo de recaída. Por el contrario, hay muchos ejemplos que demuestran que los recursos naturales pueden servir de catalizadores para promover la cooperación pacífica, infundir confianza y reducir la pobreza.

Tras un conflicto violento, los recursos naturales, como la tierra, la madera, los minerales, el petróleo y el gas, son a menudo los activos principales que los gobiernos necesitan para apoyar los medios de subsistencia y la recuperación económica. El modo en que los gobiernos gestionen estos recursos puede alterar decisivamente el curso de la consolidación de la paz tras los conflictos. Por eso es tan importante que trabajemos juntos a fin de luchar contra los delitos ecológicos, poner fin a la explotación ilegal de los recursos naturales, mejorar la transparencia, repartir más equitativamente los beneficios y promover la participación de las mujeres, los pueblos indígenas y los grupos vulnerables en la adopción de decisiones.

La Agenda 2030 reconoce explícitamente que "el desarrollo sostenible no puede hacerse realidad sin que haya paz y seguridad, y la paz y la seguridad corren peligro sin el desarrollo sostenible"

La Agenda 2030 reconoce explícitamente que "el desarrollo sostenible no puede hacerse realidad sin que haya paz y seguridad, y la paz y la seguridad corren peligro sin el desarrollo sostenible". Por esa razón, los 193 Estados Miembros de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente aprobaron este año una resolución por la que se comprometieron a proteger el medio ambiente en las zonas afectadas por conflictos armados. Por su parte, la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas está examinando actualmente el marco jurídico internacional para la protección del medio ambiente antes, durante y después de los conflictos armados. El objetivo de este marco es fijar directrices para mejorar el apoyo a la conservación del medio ambiente, especialmente en las zonas protegidas y las zonas sensibles desde el punto de vista ambiental, como los acuíferos de agua potable, que poseen enorme importancia ambiental y cultural y pueden verse gravemente afectados por la guerra.

Contamos para ello con varias herramientas importantes, a saber, la Agenda 2030 y las iniciativas paralelas de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y la Comisión de Derecho Internacional. En el Día Internacional para la Prevención de la Explotación del Medio Ambiente en la Guerra y los Conflictos Armados, insté a los Gobiernos, a las empresas y a los ciudadanos de todo el mundo a que den prioridad a la protección del medio ambiente y a la gestión sostenible de los recursos naturales para prevenir los conflictos, consolidar la paz y promover una prosperidad duradera.

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