A un lustro de la primera exposición de Román Montesinos en la Alexandre Bóveda

Román Montesinos en su primera exposición en la Asociación Alexandre Bóveda- 2009 - Francisco Puñal
Román Montesinos en su primera muestra en la Asociación Alexandre Bóveda-2009. / Francisco Puñal

Se cumple un quinquenio de la primera exposición fotográfica de Román Montesinos en la Asociación Alexandre Bóveda, que marcaría el camino de su desarrollo artístico, con sus metáforas visuales.

A un lustro de la primera exposición de Román Montesinos en la Alexandre Bóveda

Se cumple un quinquenio de la primera exposición fotográfica de Román Montesinos en la Asociación Alexandre Bóveda, que marcaría el camino de su desarrollo artístico, con sus metáforas visuales.

Hace cinco años el fotógrafo gallego y profesor universitario de geología, Román Montesinos, exponía por primera vez en la Asociación Alexandre Bóveda, de A Coruña, su muestra “Esta guerra no prospera”, donde ponía de manifiesto su portentosa creación de imágenes metafóricas que se caracterizan por el humor, la ironía, la insospechada relación entre las cosas, el contraste, la exageración, la visión crítica, la poesía y donde el espectador además de reír, también ejercita su mente. Esta muestra marcaría todo su devenir artístico.  Allí tuve la oportunidad de conocerlo y convertirme desde ese momento en un admirador de su obra, precisamente porque, entre otras cosas,  me ratificaba que el humor y la retranca gallega, pueden ser un espejo distorsionador de situaciones, actitudes, filias y fobias de la sociedad en que vivimos.

A partir de ahí la producción artística de Román no se ha detenido y ha seguido demostrando que la fotografía es magia, es modelar con el ojo y la mente, y es captar la atención de las personas y dejarles una señal. He seguido bien de cerca sus pasos creativos en todo este tiempo donde él también ha abordado otros temas como la excelencia de la bailarina de tangos Silvia Mabel, el desnudo fotográfico, la fotografía de paisaje, y otros, pero donde las metáforas visuales, creadas en su mente y trasladadas a la imagen detenida,  siguen siendo el fuerte de su realización. Su estudio fotográfico es su mejor terapia, en estos tiempos difíciles que corren.  Allí, su pensamiento e imaginación, se liberan de todo obstáculo posible, y las asociaciones de ideas y los cruces neuronales provocan la chispa, y  hacen la obra, cámara y luces mediante. No podemos dejar de  mencionar además,  la belleza de los encuadres, el balance equilibrado del color, la excelente impresión, que contribuyen  al impacto de sus imágenes.

El espectador ante mis fotos verá contingencias entre objetos y la suplantación de unos objetos y su marco original,  por otros.  Observará, en definitiva, otra forma de ver las cosas y su entorno,  y podrá comprender que la visión de lo que nos rodea puede tener distintas interpretaciones o significados –ha expresado Román.

En estos cinco años, Román no ha dejador de crear y de exponer. El aburrimiento no va con él. Ya son 34 las exposiciones individuales realizadas y varias colectivas. Lugares tan diversos como la universidades de León, Oviedo, A Coruña, Santiago de Compostela (Campus de Lugo), y Ponferrada;  la Casas de Cultura de Sada,  Lugo y Barbadás (Ourense);  la Casa Charry del Concello de Oleiros, la Asociación Alexandre Bóveda, el Concello de Culleredo;  Restaurant O Forno, de Lugo; Hotel Eurostars de A Coruña; Museo do Humor, de Fene; Ateneo Ferrolán; Biblioteca Miguel de Cervantes (Burgos); Casa de Galicia, en Madrid; Casa do Concello de O Grove (Pontevedra), junto a María Porta,  entre otros, han acogido sus metáforas visuales y oníricas.

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