Lula da Silva reta a la justicia brasileña y asegura que será candidato presidencial en el 2018

Tras negar  cualquier acusación en su contra y proclamarse “víctima” de una cacería judicial, el ex presidente brasileño afirmó que seguirá su carrera presidencial y será candidato para las elecciones de 2018, donde los sondeos  lo colocan como favorito.

Lula da Silva reta a la justicia brasileña y asegura que será candidato presidencial en el 2018

La pretensión de Lula da Silva por volver a ser el presidente de Brasil no se amilana ni con la puerta de prisión abierta. El ex mandatario, condenado a nueve años y medio de prisión por corrupción asociada a una red que operó en la estatal Petrobras, ha desafiado a la justicia brasileña asegurando este jueves que será candidato para las próximas elecciones del país, a realizarse en octubre de 2008. “Si alguien quiere sacarme de juego con esa sentencia, tiene que saber que sigo en el juego”, afirmó el político tras conocer su sentencia.

En medio de una abarrotada conferencia de prensa en la sede del Partido de los Trabajadores (PT), en Sao Paulo, el popular representante izquierdista reveló su intención de volver a poner a PT en el poder, lanzando oficialmente su candidatura. “Ahora quiero decirle a mi partido algo que no había reivindicado, pero voy a reivindicar: el derecho a colocarme como postulante a la presidencia en 2018", dijo ante un millar de presentes que estallaron en aplausos tras el anuncio.

Pero para que su candidatura pueda ser válida, Lula primero deberá superar a una segunda instancia: el Tribunal Regional 4 de Porto Alegre, ente que puede revertir o modificar la sentencia adoptada por el juez federal de primera instancia Sergio Moro. De no ser así, Lula quedará automáticamente inhabilitado por la ley de la Ficha Limpia y por ende no podrá participar en las venideras elecciones. Esta es la clave del proceso y el PT lo sabe, por eso lanzó la consigna “Elección sin Lula es un fraude”, para arropar a su líder de 71 años, ante el peor de los escenarios.

El ex sindicalista, que ya fue candidato a la presidencia en 1989, 1994, 1998, 2002 y 2006 y en las últimas dos votaciones logró imponer a su sucesora, Dilma Rousseff, quien fue destituida el año pasado; ha afirmado que su dictamen es político, y ha sido orquestado con el único fin de dejarlo fuera del próximo proceso electoral. Lula Da Silva además negó que exista una sola prueba que lo incrimine y retó a la justicia a presentar algo que sustente la sentencia emitida. “No sé cómo alguien consigue escribir casi 300 páginas para no decir absolutamente nada contra la persona que quiere acusar… Si alguien tiene una prueba contra mí, por favor, que me lo diga y la manden a la justicia porque me quedaría más feliz si fuera condenado con base en una prueba”, aseveró.

Con la etiqueta histórica de ser el primer expresidente brasileño en ser condenado por corrupción, por aceptar sobornos y por lavar dineroLuiz Inácio Lula da Silva, sigue impulsando una carrera política, que hasta ahora lo ha colocado como “el presidente más querido” y lo sigue favoreciendo en los sondeos populares. “Quien crea que este es el fin de Lula se va a llevar un chasco. Solo el pueblo tiene el poder de decretar mi fin”, aseguró esta semana el político.

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