La literatura en el Camino de Santiago (I)

El libro Orthodoxia, de Ulises Bértolo. / Linkedin
El libro Orthodoxia, de Ulises Bértolo. / Linkedin

El autor debuta en MUNDIARIO con este artículo, el primero de una serie de dos donde analiza la literatura en el Camino de Santiago. Él mismo es autor de la novela Orthodoxia, de temática xacobea, editado por Carena.

La literatura en el Camino de Santiago (I)

El hallazgo de los huesos de Santiago el Mayor es sin duda uno de esos sucesos que han condicionado el curso de la Historia. Los pasos de los que transitaron el camino para visitar su tumba a lo largo de los siglos conforman una obertura procesional que el viento aún hoy sigue empujando hacia tierras dispares y lejanas. El Camino de Santiago constituye una de las primeras redes globales, un libro abierto al cielo que compendió las fuentes inspiradoras de Occidente en todas sus manifestaciones artísticas y culturales. 

Las experiencias viajeras constituyeron también en el campo de la literatura una importante fuente de inspiración para aquellos escritores y poetas que como Ulises, Eneas y Jasón y los Argonautas, emprendían el camino en búsqueda de su particular santo grial. Las primeras manifestaciones literarias en relación al camino provienen de los cantos que los peregrinos entonaban para animarse a lo largo de su recorrido, como el Dum Paterfamilias, recogido en el Codex Calixtinus, el primigenio himno de peregrinación y cuyo estribillo todavía se entona en nuestros días. Pero fue tras el descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago en el siglo IX cuando el fenómeno jacobeo se gestó con una afluencia incesante de peregrinos y dio lugar a relatos de todos los géneros y subgéneros literarios. Se alude a la peregrinación a Santiago en los poemas de Fernán González, en las cantigas del Rey Sabio, en el Libro de Apolonio y el Libro de Alexandre, en romances del Cid y el de Blancaflor y el más famoso perteneciente como las cantigas a la literatura gallega, Don Gaiferos de Mormaltán. 

Durante algunos siglos, de una manera más intensa desde el siglo XVI y hasta finales del siglo XX, la visita de la tumba de Santiago y, con ello, la literatura relacionada con el camino, se vio mermada por varios acontecimientos: la escisión del protestantismo luterano abiertamente contrario a las peregrinaciones; la atención que España prestaba a las prometedoras tierras de América; la desafortunada desaparición de los restos del apóstol durante más de tres siglos... No es hasta finales del pasado siglo XX cuando se produce un resurgimiento de fenómeno jacobeo y de su literatura. Resulta tarea imposible desde estas pocas líneas dar cuenta de la inmensa cantidad de obras que desde entonces han sido publicadas, así que solo haremos mención a determinadas obras que sirven para marcar la derrota hacia otras muchas. Libros como Leyendas del Camino de Santiago, Los peregrinos del Camino de Santiago y La ruta sagrada de Juan García Atienza, Compostela y su ángel de Gonzalo de Torrente Ballester –uno los más hermosos que se han escrito sobre la ciudad de Santiago–, o Por el camino de las Peregrinaciones de Álvaro Cunqueiro, que recoge la crónica de un viaje entre Piedrafita y Santiago de Compostela realizado por el mismo autor, preceden al repunte de obras literarias que “abren camino” en gran medida desde los años 80 del pasado siglo hasta la actualidad. @mundiario

(Continuará)

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