La violencia de género no sólo es machista

Una pareja discutiendo. / Pexels.
Existe una conexión entre los asesinatos en masa y la violencia doméstica. / RR SS.

Es habitual levantarnos cada mañana con la noticia del asesinato de un mujer en manos de su marido o compañero. Ya ni nos sorprendemos al escuchar o ver ese tipo de suceso.

La violencia de género no sólo es machista

Es habitual levantarnos cada mañana con la noticia del asesinato de un mujer en manos de su marido o compañero. Ya ni nos sorprendemos al escuchar o ver ese tipo de suceso. Sin embargo, cada vez se nos remueven más las entrañas al saber que por el simple hecho de desear o decidir no compartir su vida con esa persona, tal espécimen tiene la osadía de matar. De ese modo, se sienten superior quitándole la vida y en definitiva sus derechos. Pero no saben que, en realidad, se anulan ellos mismos al actuar por pura cobardía al no entender que cada ser humano es libre de sentir, vivir sus sentimientos y compartir su libertad con quien desee.

La violencia de género también incluye a los hombres matados por sus esposas

La violencia de género subleva varios problemas en su lucha diaria. Ya conocemos los problemas que remiten a las órdenes de alejamiento, a las pulseras localizadoras o al crecimiento de las ideologías machistas en edades cada vez más tempranas. Sin embargo, se comentan menos las numerosas carencias en el ámbito legal y la falta de compromiso económico por parte de los gobiernos.

Primeramente, el sistema español de prevención carece de eficacia. La Ley Integral contra la Violencia de Género establece un apoyo social realizado en los puntos de atención municipales, los cuales no son financiados lo suficiente. En efecto, la partida destinada sólo aumentará de un millón de euros a pesar de necesitarse unos 60 millones, cantidad cuantificada por las asociaciones.

Por otro lado, se debería modificar la ley 416 de Enjuiciamiento Criminal al no estar obligados los parientes cercanos a declarar en contra del acusado. Tendría que ser obligatorio para no volver a oír que la víctima no había denunciado previamente a su agresor. Si hay agresión, la denuncia debe ser complementaria y no opcional.

Hablar de violencia machista pone de relieve otro problema social en España. ¿Por qué se usa la terminología "machista" y no "de género"?

La página web del Ministerio de Sanidad tiene varios apartados sobre la violencia en contra de la mujer pero nada sobre la violencia de género de la mujer hacia el hombre.

Para empezar, deberíamos de replantearnos el significado del témino de violencia de género y diferenciarlo de otros tipos de maltratos para acabar con esa equivocación.

La violencia doméstica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar pero excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay convivencia. Según esa definición, esta sería la forma correcta de apelación en el caso de las mujeres u hombres asesinados.

Por el contrario, la violencia de género abarca un significado más amplio y tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres u hombres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos a pareja como persona externa al núcleo familiar.

Por este hecho, habría que considerar por consiguiente el bullying como violencia de género. Otro debate debería de abrirse sobre la relación entre bullying y la visión tan machista o feminista existente en los colegios.

En estas categorías se debería incluir, y sobre todo informar más, de otro tipo de violencia similar pero tabú en nuestra sociedad.

La violencia de género también incluye a los hombres matados por sus esposas. En 2015, hubo 29 hombres asesinados y ninguna noticia sobre ello.

Si queremos luchar contra una sociedad violenta tenemos ante todo que ser realista y no enseñar sólo una parte de la realidad diaria. Es muy fácil criticar cuando sólo se muestra la mitad la versión.

La violencia en todas sus formas es terrorismo. Si cogemos un minuto para mirar en el diccionario veremos que una de sus aceptaciones es ´´Dominación que se ejerce sobre las personas por medio del terror´´.

Podemos manifestar, hacer minutos de silencio o crear asociaciones para ayudar a las víctimas pero los actores más activos deberían de ser los gobiernos y sus políticos. Es una lacra contra la que hay que luchar. Es necesario revisar las leyes para endurecer las penas.

Si queremos luchar contra una sociedad violenta tenemos ante todo que ser realista y no enseñar sólo una parte de la realidad diaria

La Ley Integral aprobada en 2004 ha sido objeto de elogios internacionales pero estamos en 2017 y desde entonces no se han replanteado grandes reformas.

La sociedad tiene que avanzar ideologicamente y no encerrarse en ideas predeterminadas. Las victimas de violencia son numerosas pero el error que se cometen en los términos aumenta las desigualdades entre hombres y mujeres.

No hay que tener miedo de usar las palabras concretas. Hablar de terrorismo contra la libertad de vivir libremente no debería de estar considerado como una exageración. @mundiario

 

 

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