La esclavitud del ignorante

Esclavos cortando caña de azucar. / British Library
Esclavos cortando caña de azucar. / British Library
La educación puede refinar nuestra sabiduría, adquiriendo conocimiento que nos ayude a poder discernir entre la brutalidad de la ignorancia y la importancia de esforzarnos por evolucionar intelectualmente hacia nuestro máximo potencial.
La esclavitud del ignorante

Lejos quedaron los años de esclavitud y desdicha para negros, mestizos y otros. El último país americano en abolir formalmente la esclavitud fue Brasil, el 13 de Marzo de 1888. Esa fecha, lejana como parece, marcó un hito en el continente americano y en el mundo. Pero aunque parezca lejana, no lo es. Pocas generaciones pasadas son necesarias para conseguir llegar hacía aquella época en donde el comercio de negros era avalado por aberrantes leyes.

Actualmente, el mundo mantiene consecuencias de aquellas épocas tan tristes para la humanidad, donde el color de piel determinaba los derechos que un ser humano tendría. La sumisión con la que los esclavos llegaron a vivir, son imposibles de imaginar mirando a la época en la cual estamos viviendo. No tener voz propia podría ser hasta la más saludable de las represiones, en una sociedad donde un negro representaba un objeto comercial, un activo dentro de un patrimonio.

Haití fue el primer país negro en independizarse de la mano de sus colonos, ¿pero qué sucedió después?, ¿qué posición económica e intelectual resultó de tantos años de esclavitud?. De la misma forma que en Brasil, ¿en qué situación quedaron estos ex-esclavos?, ¿cuál es el pronóstico de la evolución económica, espiritual e intelectual de estas personas que salieron físicamente de la opresión?.

El pronóstico de estas personas es exactamente el mismo que el de cualquier otro ser humano que no recibe una educación digna. Sin saberlo, la persona que no obtiene una educación adecuada se encuentra esclavo de su propia ignorancia.

En varias colonias del siglo XIX, se temía la abolición de la esclavitud. El origen de este miedo estaba en el análisis sobre las actividades a las cuales los esclavos podrían recurrir para ganar su sustento. Se pensaba que una persona sin educación solo tendría una salida, actividades delictivas. Por un lado la abolición de la esclavitud traía dignidad a una población sometida a las más atroces humillaciones, pero por otro lado, la abolición generaba una serie de problemas graves para la sociedad.

Por más que formalmente la esclavitud se abolió, el ex-esclavo, preso de su propia ignorancia, como consecuencia de su desdicha, se asemeja a las generaciones de hoy, donde la poca educación recibida por parte de algunos integrantes de la sociedad, obliga a procurar el sustento, la libertad económica, en actividades en contra de la propia sociedad.

La educación puede refinar nuestra sabiduría, adquiriendo conocimiento que nos ayude a poder discernir entre la brutalidad de la ignorancia y la importancia de esforzarnos por evolucionar intelectualmente hacia nuestro máximo potencial. Porque el conocimiento que adquirimos, moldea nuestro propio comportamiento, así pudiendo refinarse, colaborar con el progreso de la sociedad e iniciar una evolución de nuestra descendencia. Sin educación jamás tendremos libertad. @mundiario

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